Qué cierto es aquello de que «todos los días podemos aprender cosas nuevas». Y este todos los días, incluye todas las edades. Hago esta puntualización porque cada vez con más frecuencia oímos hablar del «Síndrome del abuelo esclavo».
Psicólogos y gerontólogos lo definen como un trastorno que afecta a las personas mayores que se sienten obligadas a cuidar de sus nietos. En estos casos asumen un rol de padres que ¡no les corresponde!, pues ya tuvieron su momento de establecer límites con sus propios hijos y ahora deben disfrutar del hecho de poder conceder algunos «caprichos» a los nietos.
Saber decir «no» por parte de los abuelos es algo más importante de lo que imaginamos. Por un lado, porque el síndrome del abuelo/abuela esclavo/va afecta a la salud, procurándoles un cansancio permanente, hipertensión emocional o malestar anímico, según explican los especialistas.
Además, dejan de lado actividades propias de su edad tan beneficiosas para su salud psíquica y física, incluso pierden esa oportunidad de estar más tiempo juntos, abuelo y abuela, que tanto bien hace al amor maduro.
Por eso, al igual que todos sabemos de la importancia de decir «no» a los niños para educarles emocionalmente estables, al igual que procuramos enseñar a nuestros adolescentes a decirse «no» a sí mismos para llevar las riendas de sus vidas y no ser marionetas en manos de otros, también debemos animar a los abuelos para que aprendan a decir «no».
Seguramente ellos tampoco lo tuvieron fácil para organizar su tiempo cuando sus niños eran pequeños, ¡pero lo hicieron! Ahora es momento de que los hijos aprendan a renunciar a lo que haga falta para asumir la responsabilidad de ser padres.
Sí, porque la paternidad responsable también incluye perder tiempo en organizarse, invertir dinero en canguros o guarderías, pasar el mal trago de pedir reducción de jornada para el cuidado de la prole, dejar de salir una noche o no tener la posibilidad de viajar tanto como cuando no tenían hijos.
Si los abuelos les resuelven todas estas papeletas a los hijos les hacen «un flaco favor», porque no les dejan madurar como padres. Además, la superación de todas estas dificultades une más a la pareja, porque van haciendo el camino juntos, sin la intervención de unos y otros que tantos conflictos genera.
Abuelos también podéis decir «no», y no por ello seréis peores personas; ha llegado la hora de dedicaros tiempo a vosotros como pareja y como individuos; de apuntaros a clases de gimnasia o de golf; de matricularos en esa carrera universitaria que tanta ilusión os hace; de ir al cine entre semana y salir de pinchos los sábados; de quedar con los amigos, de pasear, de leer con paz un libro, sin prisas Al igual que decimos que para ser padre hay que formarse, leer, escuchar, aprender, también es necesario aprender a ser abuelos.
COACH DE LA FAMILIA – El blog de la revista Hacer Familia