En sus lecturas las nietas prefieren libros que resalten los sentimientos, inquietudes, sufrimientos y alegrías de los personajes. Mientras que los nietos buscan libros que destaquen las anécdotas y la acción de sus protagonistas: luchadores, héroes y deportistas.
Los niños necesitan moverse más que las niñas, investigar, explorar. Les atraen las actividades arriesgadas y disfrutan manipulando objetos. Sus juegos son mayormente competitivos y en ocasiones violentos para resolver los conflictos. Esta necesidad de movimiento de los niños es una oportunidad para aprender.
Las niñas son más afectivas, solidarias y colaboradoras y tienden a ayudar a sus compañeras en sus problemas. Buscan la cercanía de otras chicas y en sus juegos apelan a la razón e intentan convencer. Sin embargo, si llega el caso su agresividad es psicológica pues se manifiesta en la murmuración y la mentira para desprestigiar a una rival.
Las niñas buscan ser aceptadas y queridas por sus amigas, por lo que su grupo de compañeras es reducido y les agrada que haya una buena igualdad, aunque con frecuencia tienen una amiga íntima. La conversación es esencial en la amistad femenina, que aumenta cuando se comunican entre ellas datos íntimos, sus sentimientos profundos, y se cuentan sus aficiones, inquietudes y sufrimientos. Puede afirmarse que las relaciones humanas están en la base de la feminidad.
El grupo de amigos de los niños es amplio y les une el gusto por una actividad o un juego en común. Lo que les importa es ser respetados en el grupo. Se divierten con peleas ficticias, empujones, y en general con juegos ruidosos y bruscos. Buscan emociones fuertes que les planteen retos que solucionar. Lo importante para los chicos es la acción y suelen dedicar poco tiempo a las conversaciones.
En la pubertad las niñas alcanzan antes su desarrollo corporal y psíquico lo que hace que sean más responsables, aplicadas y perseverantes: son más maduras y obtienen mejores calificaciones escolares.
Las niñas «sientan la cabeza» antes que los niños, a los que consideran unos «críos» por lo que con cierta frecuencia los niños al sentirse dominados por ellas reaccionan con violencia machista.
José Manuel Cervera González. Secretario de la Asociación de Abuelas y Abuelos