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Tiene mucho caracter

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Ante esta afirmación, los profesionales nos quedamos admirados. Muy pocas personas admiten esta carencia. En las relaciones humanas, especialmente en la relación de pareja y en la conyugal, el carácter es clave para una buena convivencia. Nos vamos a centrar hoy en la anhedonia, que es la incapacidad para disfrutar.

Todo el espectro depresivo como son la desgana, el desánimo, la dejadez… puede producir anhedonia. No todas las personas tienen la misma capacidad para disfrutar de la vida.

La capacidad para disfrutar de las relaciones entre las personas, disfrutar del arte, de la pintura, de la música, de la naturaleza, de los deportes, del cine, de la lectura, de los viajes, de los paseos… hace que la vida pueda llegar a ser estable, equilibrada. Hay autores que sostienen que dependen de factores fisiológicos, neurológicos e individuales.

Las personas introvertidas y secundarias son más sensibles a las señales de castigo, inhiben las conductas con tal de no equivocarse. Dejan que los demás tomen las decisiones por ellos y su carácter crítico les lleva después a poner pegas a lo que lo que el otro ha decidido. Las personas extrovertidas, por su parte, son más sensibles a las recompensas y no les importa el esfuerzo con tal de alcanzar la recompensa.

El entorno, la educación el modo de vida, permiten cambios significativos en estas tendencias que la genética ofrece a modo de tendencias.

La personalidad neurótica es perfeccionista. Nunca está satisfecha con sus logros, suele ser negativa y crítica. Vive en tensión permanente porque nada se resuelve tan perfectamente cómo le gustaría.

Las personalidades negativas están tan ansiosas por disfrutar el momento que en ocasiones generan una ansiedad anticipatoria que no les permite conseguir el descanso interior necesario para disfrutar.

Una anhedonia especialmente importante en nuestras consultas es la sexual. Puede ser psicológica o fisiológica pero conviene tratarla porque casi siempre tiene solución. Vemos un alto porcentaje de mujeres que su incapacidad para disfrutar radica en la mala relación afectiva con su cónyuge. El cuerpo no reacciona, no se relaja ante la unión porque tampoco se relaja habitualmente disfrutando de otras cosas juntos.

Es necesario buscar los puntos fuertes de la relación y aquellas áreas de convivencia que no funcionan para intentar sanearlas. Las personas somos una unidad. El amor afectivo expresado hacia la otra persona llevará a la unión sexual y el desamor llevará siempre a la tensión y a la desunión.

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