Aunque la telefonía móvil comenzó su andadura en España a finales de los años ochenta con aquellos primeros aparatos analógicos de elevadas dimensiones y peso, no ha sido hasta la segunda mitad de la década actual cuando su utilización se ha generalizado.
No había mejor fórmula que bajar los precios de los smartphones y aumentar los servicios disponibles. Siguiendo esta línea de actuación los terminales se fueron haciendo más y más asequibles, a la vez que también disminuían su tamaño y su peso. El espectacular aumento de cobertura provocó que lo que había sido un producto exclusivo de personas con alto poder adquisitivo se convirtiera en una herramienta idónea para un gran número de empresas y profesionales.
Pero unas y otros cada vez demandaban mayores prestaciones, lo que unido a un proyecto europeo de uniformidad en las comunicaciones móviles -GSM-, hizo posible que en 1995 la telefonía digital también llegase a España. En esa telefonía residía la clave del impulso: los nuevos terminales eran de un tamaño exiguo -cabrían en un bolsillo-, cuando menos triplicaban la autonomía de sus antecesores, los precios de aparatos y servicio se reducían considerablemente y las posibilidades técnicas eran infinitas.
Con todo, el auge de estos pequeños teléfonos móviles en nuestro país ha venido desencadenado por la aceptación generalizada de los mismos, tanto por hombres como por mujeres, de cualquier ciudad o pueblo así como de toda condición social.
Lo que en sus comienzos fue una muestra de poderío económico hoy sirve para «acercar» a las personas.
Cada uno con su teléfono móvil y todos preparados para afrontar sin complejos el reto del cercano siglo XXI: La comunicación personal sin fronteras.
Que esta disponibilidad técnica haya sido posible para todos no es espontáneo. Las compañías del sector han destinado denodados esfuerzos para ofrecer los últimos avances, pero fundamentalmente se ha incidido en favorecer las condiciones de acceso a los usuarios particulares: «Contratos familiares», «Friends & Family», tarjeta Activa…
Y eso no es nada, también existen servicios que promueven una utilización más económica de los teléfonos móviles por distintos miembros de la familia (servicios Duplo o Dúo, por ejemplo). En definitiva, las propuestas para la contratación de este tipo de servicios se han duplicado por lo que la telefonía móvil, tal y como pretendían las compañías, ya es una realidad en un gran número de hogares españoles.
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