¿Pero qué ocurre en el campo de la Ciencia? Si bien hemos avanzado también en esta línea, todavía es demasiado habitual enseñar Ciencia con tiza, pizarra y libro de texto. Y si en cualquier área de conocimiento esta sería una metodología muy pobre, aún lo es más para comprender los fenómenos de la naturaleza.
Por ello, necesitamos hacer una reflexión sobre la necesidad de un cambio radical en la forma de «Educar en Ciencias» en los Colegios de nuestro país, que nuestros alumnos vivan los conocimientos y fenómenos científicos desde la observación, la manipulación, la experimentación y, por tanto, desde la comprensión y el aprendizaje real de la Ciencia.
No es suficiente, por tanto, una enseñanza tradicional basada en la pizarra y un libro de texto. La Ciencia no nació sobre la base de unos conocimientos ya estructurados y finales, no nació para ser aprendida sobre un papel y explicada sin apenas motivación de nuestros alumnos. La Ciencia nació a partir de la observación, de la experimentación, de la manipulación y, por supuesto, gracias a la transmisión de conocimientos de unos a otros pero siempre de forma práctica, para llegar, finalmente, al conocimiento teórico que también es necesario aprender.
¿Y qué podemos hacer entonces los centros educativos, los docentes, para que nuestros alumnos aprendan Ciencia de una forma significativa y motivadora en todas las etapas?
– Experimentación en el aula y recursos materiales. La Ciencia es una disciplina experimental y, por tanto, la única manera real de aprenderla y la más agradable y motivadora es haciendo experimentos, «aprender haciendo».
– Experimentación fuera del aula. Las tradicionales salidas escolares, bien programadas, pueden ser muy útiles para un aprendizaje real de la Ciencia. Así, la salida a parques urbanos cercanos, a parques naturales de la zona, la realización de rutas de senderismo, etc. pueden ser una forma lúdica y motivadora de aprendizaje. Al mismo tiempo, existen numerosas organizaciones públicas y privadas que organizan actividades prácticas relacionadas con el campo científico.
– Utilización de las nuevas metodologías de aprendizaje. La Ciencia puede y debe utilizar todas las metodologías relacionadas con la Innovación Educativa. Así, el aprendizaje cooperativo/colaborativo promueve una forma de trabajo en el aula que fomenta el trabajo en equipo, la colaboración, el intercambio de ideas, el debate, la construcción del conocimiento entre todos y la aportación individual de cada uno al resultado final.
– La existencia de un laboratorio de Ciencias. Si bien, cumpliendo con la legislación vigente, los alumnos de Secundaria disponen de varios laboratorios, se hace necesaria también la existencia de un Laboratorio de Ciencias para las etapas de Infantil y Primaria. Dicho laboratorio debería estar dotado con todos los materiales necesarios, adaptados a las edades indicadas, para el adecuado desarrollo de los conocimientos en Biología, Física, Química, etc.
– La existencia del huerto escolar. Comprender el mundo de la Botánica (y también ciertos conceptos de Zoología) es básico para comprender el mundo actual, además de cumplir perfectamente con la dinámica «aprender haciendo» y trabajar en equipo. Todos los Centros educativos seguro que disponen de un espacio que podría destinarse a huerto escolar.
– TIC-TAC, TIC-TAC. En el siglo XXI cualquier proceso de aprendizaje no puede vivir aislado de las Tecnologías para el Aprendizaje y el Conocimiento. Las pizarras digitales interactivas, los ordenadores-portátiles-tabletas, etc. son elementos hoy muy habituales en nuestros Centros y deben plantearse siempre como un medio educativo para alcanzar un fin, el aprendizaje, además de ser instrumentos de uso habitual por parte de nuestros alumnos y muy motivadores para los mismos.
– La necesaria formación del docente. El profesor del siglo XXI debe ser un profesional altamente cualificado. Para ello, es necesario que los Centros educativos desarrollen un plan de formación adecuado en todos los campos relacionados con la Innovación Educativa en general y con la enseñanza de una Ciencia real y «viva» en el aula.
– La existencia de bibliografía específica y de recursos web. Es muy útil y necesario que el Centro disponga, organizado por etapas educativas, de un abanico lo más amplio posible de material bibliográfico (papel y digital) enfocado hacia el desarrollo de la Ciencia práctica en el aula para su uso diario.
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