La leche materna es el alimento más recomendado para los recién nacidos. Sus beneficios son bien conocidos: aporta los nutrientes necesarios a los más pequeños, fortalece el vínculo entre madres e hijos y previene de diferentes infecciones y otros problemas de salud. Practicar la lactancia es una actividad muy recomendada para las madres, quienes en ocasión tienen varias dudas sobre la misma.
Una de ellas, tal y como indican desde la Asociación Española de Pediatría (AEP), es la sensación de escasez de leche materna. ¿Es real? ¿Se ve comprometida la lactancia en algunas circunstancias? Desde este organismo se aclara que la producción de este alimento depende de la estimulación que realiza la succión del bebé vaciando el pecho, por lo que en principio no hay que temer por nada si se ofrecen el pecho a demanda y no existen problemas con el agarre del niño.
Situaciones aclaradas
¿Hay escasez de leche en las madres? Desde AEP han elaborado una lista con determinadas situaciones en donde la madre puede sentir que la producción de este alimento está comprometida, por ello arrojan algo de luz sobre las mismas:
– Hay leche pero la madre no se nota la «subida» y duda de que tenga suficiente. Las primeras 48 horas de vida el bebé se alimenta del calostro de su madre, pero casi ninguna mujer lo ve salir del pecho, incluso apretándoselo. Por otro lado, tras la subida, muy pocas notan que la leche sale a chorro o que mojan los empapadores y, sin embargo, la mayoría produce todo el alimento que el niño necesita.
A partir del tercer día, si el bebé mama de forma adecuada, más de 8 veces al día y hace 3 o más deposiciones al día, la alimentación se está produciendo de manera correcta. Con el tiempo, después de las primeras semanas, el pecho deja de parecer duro y lleno para estar más blando, sin dejar de producir leche.
Además el bebé tarda menos en hacer realizar las ingestas y extrae la leche más eficazmente. Ante este cambio, algunas madres creen que sus hijos no se alimentan de manera adecuada o que deja el pecho tan pronto porque tienen poca leche. Si el niño está tranquilo y feliz y moja entre 4 y 5 pañales diarios, es que está tomando todo el alimento que necesita.
– Hay leche suficiente pero tras utilizar el extractor no se observa salida de leche o sale muy poca. Algunas madres utilizan puntualmente el extractor para situaciones determinadas. La cantidad de leche que una madre puede extraerse con un sacaleches es menor que la que el bebé puede extraer con la succión y que está disponible para él en la mama.
– El bebé ha crecido y necesita más leche. Existen picos de crecimiento del bebé en los que pedirá de manera más frecuente, pareciendo que no se queda satisfecho con la cantidad de alimento que toma al pecho. Estos son los llamados «baches de lactancia» y son mecanismos naturales que tienen los niños de estas edades para aumentar la producción de su madre, en los momentos en los que necesitan más aporte de energía para cubrir un pico de crecimiento.
Hipogalactia y consejos para la lactancia
Tal y como indican desde AEP hay situaciones en donde la producción de leche (hipogalactia); esto sucede en las siguientes situaciones:
– El bebé mama menos de 8 veces al día o se limita la duración de la toma. En estos casos, en los que el bebé no mama a demanda, le será difícil tomar toda la leche que necesita.
– La posición del niño o el agarre del pecho no son adecuados. La madre tiene leche suficiente, pero el bebé no la puede obtener. El niño puede estar mucho tiempo al pecho, pero no puede vaciar completamente la mama. Si esta situación no se corrige, como el pequeño no vacía bien las mamas, éstas dejan de producir la cantidad de alimento que necesita el menor.
Puede haber dolor al mamar o grietas. La solución consiste en corregir la posición o el agarre. Lo ideal es que alguien experto en lactancia (el pediatra, la matrona, la enfermera del centro de salud o algún grupo de apoyo) evalúe la toma y ayude a corregir la postura, si ésta no es la adecuada.
Con el fin de asegurar una buena lactancia, tanto a pequeños como a las madres, se brindan los siguientes consejos:
– Para amamantar a demanda, el bebé este debe que tomar el pecho siempre que quiera. Es importante estar atento a las primeras señales de hambre (el bebé «busca» abriendo la boca hacia los lados, succiona su mano) y no esperar a que llore ya que el llanto es un signo tardío de hambre y podría dificultar el inicio de la toma.
– El agarre al pecho debe ser correcto: la boca abarca el pezón y gran parte de la areola y el labio inferior está hacia afuera. Así se asegurará que vacia el pecho.
– El bebé debe mamar todo el tiempo que quiera del mismo pecho. De esta forma soltará la mama de forma espontánea cuando esté saciado, es decir cuando obtenga la leche del final de la toma, que es la que más contenido graso y mayor poder para saciar tiene. Además coincidirá con el vaciado del pecho, solicitando así el otro que continúe con la producción. Si quiere más, se le puede ofrecer el otro pecho después.
– Los bebés maman para alimentarse, pero también para consolarse y para sentirse protegidos y queridos. Si le ofrece el pecho a su hijo siempre que lo desee, aunque no sea por hambre, no se equivocará.
– El pecho necesita el estímulo de la boca del bebé (la succión) para fabricar leche. Debe evitarse el uso del chupete las primeras semanas de vida pues puede confundir en la forma de cogerse al pecho.
– Si el bebé está contento, duerme tranquilo 1-2 horas seguidas, moja 3-5 pañales al día y hace varias deposiciones al día de color amarillento y aspecto grumoso es que toma leche suficiente.
– Si por el contrario el bebé hace tomas escasas, está decaído o muy irritable, no moja el pañal suficientemente, las deposiciones no han cambiado de color desde el primer meconio a pesar del paso de los días, la madre tiene grietas y dolor en el pecho con las tomas, entonces, puede que el bebé no esté tomando toda la leche que necesita.
En este caso es importante consultar con un profesional para valorar la lactancia y el peso del bebé y poder identificar la causa de una posible hipogalactia. Ninguna de las causas de estas situaciones se soluciona exclusivamente administrando suplementos de leche artificial. Los suplementos pueden ser necesarios transitoriamente pero si no van acompañados de un asesoramiento en lactancia materna, la consecuencia será el abandono de la misma.
Damián Montero
Te puede interesar:
– La lactancia materna vale la pena
– 3 claves de la lactancia materna