El embarazo se relaciona con la aparición de diversos sentimientos. Pero esto no acaba aquí, tras el parto estas sensaciones también aparecen. De hecho, el nombre para conocer a estos momentos se conoce como puerperio, el periodo que abarca desde el final de la concepción hasta que se restablece el estado fisiológico anterior a la gestación y que tiene una duración de unos cuarenta días.
Precisamente, por esta duración de 40 días es por lo que comúnmente se conoce este periodo como cuarentena. Hay que tener en cuenta que esta etapa se caracteriza por el comienzo de la lactancia materna y la reaparición y, por tanto, de la menstruación. Si a ello se le suma todo lo que conlleva el parto, es normal que sean muchos los sentimientos que termina surgiendo en torno a la mujer y varias las sensaciones a experimentar.
¿Qué síntomas son los del puerperio?
El puerperio se relaciona con un momento de alegría y emoción. Este cuarto trimestre no está exento de desafíos para la madre. Estos son algunos de los síntomas habituales en estos momentos, según el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona:
– La falta de sueño.
– Sensación de fatiga.
– Dolor.
– Dificultades para amamantar.
– Estrés.
– Incontinencia urinaria.
Es importante que la madre reciba toda la información necesaria acerca del puerperio durante el embarazo. De esta forma se alcanzará el momento del parto con los conocimientos necesarios para el comienzo de esta etapa de la mejor manera posible. El objetivo último debe ser el bienestar físico, psicológico, emocional y social tanto de la mujer como del bebé. Por ello también es importante que los padres participen de esta formación.
Consejos para afrontar el puerperio
Tanto la madre como el padre deben saber que durante este periodo solo se podrán utilizar compresas y en ningún caso colocar tampones. En esta etapa no se pueden hacer baños (bañera, piscina, playa) aconsejando duchas diarias sin problema. Las curas domiciliarias de las heridas de la cesárea, episiotomía o desgarros perineales no tienen mucha dificultad porque lo más importante es lavarlas con agua y jabón neutro mínimo una vez al día y luego secarlas bien.
Sin embargo, debes conocer una serie de signos de alarma que pueden motivar que consultes a tú médico o a tu centro de atención médica. Estos signos se resumen a continuación:
– Dolores abdominal o perineal que no calman con analgésicos habituales
– Molestias al orinar.
– Dolor e inflamación de las piernas
– Imposibilidad de vaciado de una de las mamas asociado con aumento de la temperatura local y aparición de rojeces en la piel
– Estado de ánimo que afecte la relación con el recién nacido o con otras personas que afecte a la calidad de vida
– Infección de la herida de la cesárea o del periné, con aparición de supuración y rojeces
– Dolor de cabeza, sobre todo si van acompañadas de alteraciones visuales, náuseas o vómitos.
Damián Montero
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