La lactancia es un proceso muy importante para los más pequeños de la casa. Un recién nacido se alimenta a través de esta vía y durante sus primeros meses de vida es el único nutriente que su organismo recibe. Además, no son pocos los beneficios que tiene para un bebé recibir la leche del pecho de su madre. Por ello, no es de extrañar que se aconseje poner las cosas fáciles a los más pequeños de la casa.
Un ejemplo de cómo conseguir éxito en esta tarea es conocer los patrones de succión en los más pequeños. No todos los recién nacidos presentan las mismas estructuras óseas o realizan esta actividad de la misma manera. Si la madre advierte estas características en sus niños, podrán favorecer la lactancia adaptando la postura con la que sostienen al bebé o haciendo que el pequeño corrija malos hábitos.
¿Cómo se produce el acto de succión?
El primer paso antes de detenerse a revisar los patrones de succión es saber cómo funciona este proceso. La doctora Fanny Sabillón indica que son tres los reflejos que propician este acto:
– Reflejo de búsqueda.Es la respuesta a la estimulación de la comisura de la boca o de los bordes de los labios girando la cara y boca hacia el lado que se estimula, encontrándose presente desde las 32 semanas de gestación y mejorando progresivamente hasta el término de la misma, se inhibe y desaparece hacia los tres meses de vida extrauterina.
– Reflejo de succión. Aparece a finales del segundo trimestre del embarazo, como una serie de movimientos rítmicos y coordinados de la mandíbula y lengua, que tienen como finalidad la extracción de la leche.
– Reflejo de deglución. Se encuentra presente desde las 12 semanas de gestación, hasta alcanzar su óptima madurez a lo largo del desarrollo y lográndolo semanas antes del término, ya que durante el embarazo el bebé degluten líquido amniótico para poder mantener el equilibrio de su producción.
Patrones de succión
La combinación de los distintos tipos de reflejo se traducirá en distintos patrones. Sabillón identifica los siguientes:
– Barracuda. Estos niños al ser colocados en el pecho, rápidamente toman y aprietan el pezón, succionando enérgicamente durante 10 a 20 minutos; no hay jugueteo. En ocasiones, ponen demasiado vigor en su succión lastimando el pezón.
– Excitado. Los bebes llegan a estar tan excitados al tomar el pecho, que lo aprietan y sueltan alternativamente. Es necesario que la madre lo calme, antes de volverlo a colocar al pecho. Después de varios días, la adaptación tiene lugar.
– Desinteresado. Estos bebés no tienen interés por tomar el pezón en las primeras horas de vida; no es sino hasta el segundo o tercer día en que comienzan la succión, esperando a que la leche baje con facilidad. No debe forzarse a estos niños, ya que continuarán succionando por sí solos.
– Gourmet. Estos niños toman el pezón saboreando unas gotas de leche; entonces, se chupan los labios tronando la boca antes de empezar a succionar. Si se les insiste se enojarán; por lo tanto, es mejor esperar a que solos mejoren su ritmo.
– Perezoso. Estos niños prefieren succionar unos minutos, descansando un poco entre succión y succión. No debe apresurárseles.
Damián Montero
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