La lactancia es uno de los procesos más importantes en el desarrollo de los más pequeños. Toda ayuda que puedan asegurar los padres para favorecer esta alimentación es bienvenida. En ocasiones esto pasa por no hacer algo, por evitar determinadas prácticas con el fin de que el bebé se beneficie de todos los puntos que tiene recibir el pecho.
Ahora un nuevo estudio de la Universidad de Australia Occidental en el XIII Simposio Internacional de Lactancia Materna alerta de las dificultades para la lactancia que tiene la operación de frenillo en los más pequeños. Desde Medela, entidad que ha promovido este trabajo, señalan que este tipo de intervenciones han crecido en los últimos tiempos. Por ello, se ha puesto el foco en la relación entre ambos temas.
Restricción de movimientos
La operación de frenillo operación de frenillo lingual separa con láser la lengua del fondo de la boca favoreciendo su movilidad. ¿Puede haber una relación entre la lactancia y esta intervención? Este equipo tuvo en cuenta diferentes aspectos que abarcaban desde la producción de leche de la madre; la presión en la boca del bebé durante la lactancia; los patrones de respiración y cómo el pecho responde a los movimientos de la boca y la lengua del pequeño.
Todos estos parámetros fueron analizados tanto antes como después de la operación para ver si tras ésta se había algunos cambios en la forma en la que el bebé vivía la lactancia. Aunque en teoría los pequeños deberían tener una mayor movilidad en la lengua y por tanto una mejor experiencia al recibir el pecho, no se comprobaron cambios significativos.
Los resultados también indicaron que los bebés que habían sido sometidos a estas operaciones presentaban más molestias a la hora de tomar el pecho por las secuelas de la operación. El mover la lengua en esta situación se traducía en dolor que en ocasiones derivaba en sangrado. Estos síntomas causaban a la larga que el niño abandonase la lactancia, renunciando a los beneficios de la misma.
Técnicas de lactancia
Como se ha dicho, la lactancia tiene múltiples beneficios para los más pequeños. Por ello, se recomienda realizar técnicas para incentivar la lactancia en los niños. Estas son algunas sugerencias de la Asociación Española de Pediatía:
– Agarre al pecho. Los signos que nos indicarán un buen agarre son: el mentón del bebé toca el pecho, la boca está bien abierta y abarca gran parte de la areola, los labios están hacia fuera (revertidos) y las mejillas están redondas (no hundidas) cuando succiona. Si el bebé se coge bien al pecho la lactancia no duele.
– Si el bebé tiene más de 6 meses y come ya otros alimentos, se le puede ofrecer agua, sin forzar. No se debe añadir azúcar.
– Los galactogogos son medicamentos que estimulan la producción de leche. Son efectivos, pero sólo deben usarse bajo supervisión médica, tras comprobar que la frecuencia y técnica de las tomas es adecuada y habiendo descartado enfermedades maternas que causen hipogalactia.
Damián Montero
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