Los ejercicios que proponemos para estimular el sentido del gusto hay que repetirlos muchas veces para que cumplan su objetivo. La estimulación de los sentidos en general y del sentido del gusto en particular ayuda a los bebés a aumentar el número de conexiones neuronales en el cerebro y eso es lo que debemos aprovechar.
El objetivo de los ejercicios gustativos y olfativos consiste en ampliar el abanico de olores y sabores que presentamos a nuestros hijos. Cuanto mayor sea esta variedad, mayor será el número de estímulos. Todo ello tiene como consecuencia una gran cantidad de nuevas conexiones neuronales, que son el objetivo y la base de la estimulación temprana.
Preferencias gustativas de los bebés
Es curioso comprobar cómo las disoluciones azucaradas agradan al bebé desde el nacimiento. Si se añade una muestra azucarada en el biberón de un bebé, se observará un aumento inmediato de la succión. Por el contrario, si la muestra es amarga, la succión se detiene de forma brusca. La sensibilidad gustativa del bebé está muy desarrollada: puede distinguir entre lo dulce, agrio, salado y amargo.
Aunque tengan una preferencia marcada por lo dulce, es indispensable moderar su uso durante los seis primeros meses. La leche materna, además de encantarles, responde perfectamente a las exigencias del recién nacido y tiene la ventaja de adaptarse de forma permanente a su evolución.
La leche materna y la estimulación del sentido del gusto en el bebé
El momento de la lactancia es una buena ocasión estimulante para el bebé. Es una situación que favorece la aparición de lazos afectivos entre madre e hijo. Durante cada toma, las capacidades sensoriales del recién nacido se hallan estimuladas por todo tipo de placeres: olor de la leche y cuerpo de la madre, sabor de la leche, contacto con los brazos y el pecho materno, contacto visual, cara a cara… Hay que aprovechar bien estos instantes por lo que hay que procurar no darle el alimento con prisas.
Ideas para la estimulación gustativa del bebé
1. Papillas, ricas, ricas
A la hora de preparar las papillas de verdura y de fruta, podemos variar intencionalmente sus ingredientes para que el bebé capte los distintos sabores o, por lo menos, variar la proporción de los ingredientes habituales para que el gusto final varíe. En verano, las papillas de frutas pueden incluir frutas del tiempo como melocotones, paraguayas, albaricoques, etc.
2. Yogures de frutas
No le demos solo el natural o el de fresa, podemos variar y elegir otros de sabores distintos: existen muchos en el mercado. También varía el gusto simplemente con variar la marca. No se trata de variar de sabor todos los días, pues si no, el bebé podría sentirse molesto.
3. ¿A qué sabe?
Con sumo cuidado, desde muy pequeños podemos estimular su sentido del gusto poniendo en la punta de su lengua distintos guisos y comidas que estemos preparando. Estaremos atentos a que no esté ni demasiado caliente ni frío, ni que haya tal cantidad que suponga un peligro que se lo trague. Si lo realizamos como un juego, nuestro hijo participará alegremente en este ejercicio.
4. Conozco por la boca
De pequeños, un medio que tiene nuestro hijo de conocer el mundo que le rodea es llevándose las cosas a la boca. Se trata de una estimulación del tacto… pero también del gusto, qué duda cabe. Si disponemos de juguetes que pueda chupar en su habitación, sin elementos tóxicos ni partes pequeñas que pueda tragarse, estaremos favoreciendo su desarrollo. Si además son de colores vivos estimularemos el sentido de la vista a la vez.
Beatriz Bengoechea. Psicóloga y orientadora familiar.
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