Una de las preocupaciones más frecuentes que tienen los padres en el primer año de vida de su hijo son esos llantos repentinos, que no se sabe bien como calmar. Su origen es tan variado como desconocido: puede ser que tenga hambre, sueño o unos dolores repentinos en la zona abdominal por diversos problemas. Los cólicos del bebé lactante causan dolor y se identifican por el llanto incesante y frenético del bebé
Cómo identificar los distintos tipos de llantos
Con un poquito de esfuerzo aprenderás a identificar el llanto de tu hijo y podrás descartar sus distintas causas.
1. Si lo que necesita es ser mecido, el simple hecho de cogerlo y acunarlo le calmará el llanto. Cuando el niño permanece mucho tiempo solo necesita el contacto con su madre o su padre y cogiéndolo un poquito se calma.
2. Si tiene frío o calor llorará de modo irritado y colérico. Será fácil calmarlo comprobando si suda o tiene las manitas frías. Si el bebé tiene miedo su llanto es angustioso y con hipo. La causa puede ser un ruido imprevisto, una voz fuerte, un movimiento brusco. Suele bastar una caricia o escuchar la voz de su madre o de su padre. El llanto de malestar es provocado por los pañales sucios durante un tiempo prolongado. Tan solo con ponerle limpio se calmará.
3. Cuando lloran por sufrir un cólico del lactante, más frecuentes en bebé lactantes, el llanto es frenético y no se puede tranquilizar al niño de ninguna manera. Otra alerta es cuando llora después de la toma de la noche. Se le puede consolar cogiéndolo en brazos y acunándolo.
Consejos para tranquilizar a tu bebé
Cada niño es un mundo y los padres sois lo que debéis averiguar la mejor manera de calmarlo.
1. Contacto físico: mantener al bebé pegado a tu cuerpo le proporciona seguridad, evita las crisis de soledad y favorece las relaciones con sus padres. Puedes ponerlo sobre tus piernas, o llevarlo en una mochilita específica para bebés mientras haces otras cosas.
2. La proximidad: en ocasiones los niños se sienten solos por lo que se arrancan a llorar sin consuelo. Ponlo cerca de ti para que te vea mientras trabajas o lees un libro.
3. En otro momento puedes utilizar un mantita, un símbolo clásico de seguridad para los pequeños. A los bebés les gusta sentirse cubiertos por un tejido suave, que no le impida el movimiento.
4. Atenderle con rapidez: no es bueno en los primeros meses dejar al niño que llore durante un período largo de tiempo, pues puede llegar a tener un llanto inconsolable.
5. Los sonidos rítmicos, que le recuerdan los latidos del corazón de su madre también son un buen método para calmarlo; así como los movimientos rítmicos, como acunarlo en una mecedora.
6. Pon a su alcance algún objeto con el que pueda distraerse y le sirva de estímulo o de compañía. Por ejemplo, un móvil atado a la cuna o una radio con música relajante, etc.
Más sobre los cólicos del bebé lactante
– Los cólicos suelen superarse antes de los cuatro meses. Por tanto, es importante no impacientarse para evitar que el llanto tu hijo se incremente innecesariamente.
– Si hay un cambio repentino en el patrón de llanto o de comportamiento o si el llanto va acompañado de fiebre, vómito fuerte, diarrea, heces sanguinolentas u otros síntomas o actividad anormales, lo aconsejable es acudir al especialista cuento antes.
– Al llorar, los bebés tragan más aire, creando más gas y tal vez más dolor abdominal lo que causa más llanto cuando se agrava el cólico del lactante. Este círculo vicioso puede ser difícil de romper. Mecerlos suavemente puede ser un buen calmante; esto es directamente reconfortante y parece ayudarlos a pasar el gas.
– Cuando un niño llora incesantemente puede llegar a poneros muy nerviosos, por lo que darse un descanso es una buena idea. Cada uno de los padres puede hacerse cargo y relevar al otro. Se podrá dar más atención al bebé cuando se ha tenido una oportunidad de refrescarse. También sirve de ayuda cantarle canciones de cuna o ponérselas en un CD, así como aplicarle una toalla caliente en la barriguita.
Ana Aznar
Asesor: Dr. Luis Alberto Vázquez. Pediatra.
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