Criar a un hijo no es precisamente barato. Lo delicado de su cuerpo hace que no le sirvan los mismos productos que a los padres (como geles), algo que se suma a sus propias necesidades, como los pañales, chupetes, carritos de bebé o leches especiales, por lo que la lista de gastos del bebé se puede llegar a hacer enorme. Ahora bien, si se siguen algunos trucos de ahorro, la factura no será tan grande.
Pañales para tu bebé
Los pañales son uno de los principales gastos a los que las familias se enfrentan cuando llega un bebé a casa, por lo que aprender a ahorrar en este sector resulta muy interesante para la economía del hogar ya que, además, son un gasto que se alarga durante muchos años.
Una opción para ahorrar al comprar pañales puede ser usarlos de tela y lavarlos en casa, pero para aquellas que prefieran comprarlos, un truco es adquirirlos en grandes cantidades en tiendas al por mayor que permitan compra de particulares o incluso a través de Internet, siempre que se sepa exactamente el pañal perfecto para el pequeño.
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Muchos fabricantes de pañales, además, tienen ofertas y cupones de descuento para familias si se suscriben a recibir sus novedades, algo que además es interesante para estar siempre al día. Por supuesto, si al ir al supermercado hay una oferta, lo mejor es aprovecharla en el momento aunque aún nos queden en casa.
Guarderías o escuelas infantiles
Dejar al pequeño en una guardería mientras se trabaja para así conciliar es otro gasto importante que lleva acarreado el bebé. Además, incluso cuando no se está trabajando hay ocasiones en las que necesitamos que alguien cuide al bebé: una visita al médico, una reunión, etcétera.
En estas circunstancias, lo más barato es pedirle a algún familiar que cuiden al bebé mientras estás fuera. También resulta económico contratar a una niñera que vaya a nuestra propia casa o llevar al pequeño a una guardería en una casa, que por lo general suelen costar menos dinero. Aun así, muchas empresas tienen ayudas para los trabajadores con hijos, por lo que resultaría muy útil enterarse de si la tuya es una de ellas.
Comida para tu bebé
La comida de los bebés es otro de los gastos importantes que hay que tener en cuenta, aunque en esta ocasión la forma de ahorrar es mucho más sencilla. En los primeros días y meses de vida lo mejor es darle de mamar, pues esto evita cualquier tipo de gasto. Cuando se haga algo más mayor y quieras empezar a darle potitos, lo mejor es prepararlos por ti misma.
Al tener un bebé, una buena inversión es una trituradora o licuadora, pues con ella puedes elaborar platos para el pequeño incluso con las sobras de la comida de los mayores. Además, muchas veces los bebés prefieren la comida de mamá a la que se compra preparada.
Ropa para tu bebé
La ropita de bebés suele ser una de las ‘perdiciones’ de los papás y las mamás, pero lo cierto es que los bebés crecen por días y muchas veces se les compra tanta ropa que ni se les puede poner. El mejor truco para ahorrar en este importante gasto es no comprarle mucha ropa para el bebé.
Lo más probable es que te regalen ropa, especialmente cuando nazca, por lo que es mejor no comprar muchas prendas y acumularlas. Cuando vaya pasando el tiempo, se puede usar de segunda mano de algún familiar o amigo cercano que haya guardado la ropita de su bebé. Pedir ropa no quiere decir vestir al pequeño mal o con ropa vieja, sino aprovechar de otros que han pasado por las mismas circunstancias que tú y han acumulado mucha ropa casi sin usar.
Objetos para bebés
El mundo del bebé cada vez observa la aparición de más y más artilugios y complementos para que los pequeños estén entretenidos, pero hay que tener cuidado con ellos o acabarás teniendo una ‘colección’ de cosas que en poco tiempo no servirán, pues los bebés crecen y llenarán las habitaciones infantiles. Así, lo mejor es que te compres lo más básico (la cuna, el asiento para el coche) y esperar para comprar lo demás, como las cunas de viaje o las tronas.
En muchas ocasiones, antes incluso de que el bebé llegue ya tenemos muchos objetos. Una opción para no acabar con tres cunas es hablar con la familia que te vaya a regalar y ‘distribuir’ los regalos de forma que ya sepas quién te va a regalar qué cosa, por lo que puedes comprar lo estrictamente necesario y evitas duplicidades. Además, también aquí pueden pedirse prestados muchos objetos a familiares que ya no los usen.
Juguetes
Los niños deben jugar, pero a veces les compramos tantos juguetes que, además de gastarnos grandes cantidades de dinero, se acaban ‘aburriendo’ de ellos y dejan de prestarles atención. Un buen truco para ahorrar y, además, evitar ese ‘aburrimiento’ de los pequeños es utilizar juguetes de segunda mano. Pueden ser comprados en tiendas específicas o prestados por nuestras amigas, primas, hermanas…
Cuando el pequeño empieza a crecer y a querer explorar el mundo, también aquí hay una buena fórmula de ahorro: dejarle que juegue con utensilios de casa que, por supuesto, sean seguros. Batidores manuales de alambre, el mando de alguna televisión (mejor si ya no lo usamos y podemos envolverlo en plástico, para evitar que saquen los botones) son algunas opciones, pero hay muchas más.
Ángela R. Bonachera
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