Cuando los bebés empiezan a andar muchos padres pueden plantearse la necesidad de comprar un andador. Ese objeto que muchos habrán tenido cuando eran niños y que permitía a los niños «andar» mientras aprendían a hacerlo. Sin embargo, cada vez más profesionales de la salud se han levantado en contra de este objeto: te contamos por qué no debes comprar (ni usar) un andador de bebé.
Los pediatras de la Asociación Española de Pediatría en Atención Primaria (Aeped) son muy tajantes en este aspecto: «el mejor andador para un bebé es el que no se usa». Son así de claros con una intención clara: «conseguir impactar para que de una vez por todas este instrumento deje de utilizarse», explican.
El mejor andador para el bebé es el que no se usa
Estos expertos en la salud de los niños insisten en que los andadores «no aportan ningún beneficio para que los niños aprendan a caminar» y alertan de que además «multiplican el riesgo de accidentes».
Según dicen, «cuadruplican el riesgo de caída por una escalera, duplican el riesgo de fractura por caída por una escalera y además adelantan la edad de caída por una escalera de los doce a los ocho meses», enumeran, al tiempo que indican que esta clase de instrumentos «aumentan el riesgo de quemaduras y de intoxicaciones».
Aprender a andar con andador
El principal motivo por el que los padres usan los andadores es por la creencia extendida que dice que esta clase de objetos tienen beneficios sobre el aprendizaje de andar de los niños. Sin embargo, los pediatras lo refutan: «no, ninguno, más bien al contrario».
Los pediatras explican que cuando el bebé va a aprende a andar primero comienza con el gateo, después aprende a incorporarse con apoyo, «se mira sus pies al iniciar sus primeros pasos, alcanza y manipula objetos a su alcance para experimentar, desarrollar sus cualidades táctiles, olfativas, visuales…». Algo que no se puede hacer con el andador ya que el bebé «no ve sus pies, no alcanza los objetos del suelo*».
En esencia, los pediatras advierten de que el andador «es un objeto que le priva (al bebé) de todas esas experiencias». Para corroborar esto, aseguran que los niños que usan andador «inician la marcha autónoma más tarde» aunque, eso sí, «este retraso se compensa o se iguala a los 15 meses».
Uso del andador, desaconsejado
Los expertos en salud infantil de España no son los únicos que desaconsejan usar el andador de bebés. De hecho, en algunos países como Canadá está prohibida su publicidad y comercialización y, dentro de la Unión Europea, los países miembros tienen libertad para hacerlo aunque, según lamentan los pediatras, «ninguno ha dado el paso de prohibir este objeto de consumo».
«Si el andador aumenta la probabilidad de los accidentes en lactantes, y además no favorece su desarrollo psicomotor, no hay ningún argumento válido para seguir usándolo», insisten los pediatras, que mencionan como alternativa a estos objetos los centros de actividades estáticos para lactantes, sin ruedas, de base amplia, «donde los niños pueden entretenerse un periodo corto de tiempo».
Como, pese a las advertencias de los padres, son muchas las familias que acaban usando los andadores, los pediatras piden tener en cuenta ciertos aspectos: que sea suficientemente ancho «para que no pueda atravesar las puertas», y que disponga de sistemas de bloqueo para evitar la caída por las escaleras.
Ángela R. Bonachera
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