La leche materna y las leches adaptadas de inicio cubren la alta demanda energética del lactante gracias a su alto contenido en grasa (48-55%). La grasa ha de ser de fácil digestión, preferentemente emulsión. Además la grasa va a ser el vehículo de las vitaminas liposolubles y el niño necesita pequeñas cantidades de un ácido graso esencial: el linoleico.
La leche materna lo contiene en abundancia y suministra del 6 al 9% de las calorías totales en forma de ácido linoleico, mientras que la de vaca aporta del 1 al 2%.
Para poder comprender las necesidades nutritivas del lactante, es necesario hacer referencia a algunos aspectos de su rápido crecimiento:
– El peso del lactante, durante el primer año se triplica con respecto al del nacimiento.
– La talla pasa de los 45 a 50 cm. del nacimiento a los 75-80 cm. del primer año de vida, mientras que el segundo año sólo aumenta unos 25 cm. y después entre 7 y 10 cm., por año.
– El perímetro craneal pasa en el primer año de 35 a 47 cm.
Tipos de leche materna
Se puede considerar que hay tres tipos de leche materna:
1. El Calostro. Es la primera secreción que se produce los primeros días después del parto. Posee unas características especiales, al aportar menos calorías que la leche madura y mayor concentración de sodio, cloro y potasio. Es una secreción hiperproteica debido a la gran cantidad de inmunoglobulina. Además tiene efecto laxante, ya que ayuda a limpiar el meconio, y prepara el tubo digestivo para recibir la leche madura
2. La leche de transición. Es más rica en enzimas y grasas, pero menos proteica que el calostro.
3. La leche madura. Contiene todos los nutrientes necesarios para el desarrollo y crecimiento del lactante.
La composición de la leche materna va variando a lo largo de la toma. Mientras que al principio es rica en azucares y líquida, a medida que avanza la toma, aparecerá la segunda leche que es más cremosa (rica en grasa) y por tanto con más calorías.
Composición de la leche materna
ENERGÍA 75 Kcal./100 ml
PROTEÍNAS 0,9-1,1 g/100 ml
H. DE CARBONO 7 g/100 ml
GRASA 4,5 g/100 ml
CALCIO 29 mg/100 ml
HIERRO 0,05-0,1 mg/100 ml
Ventajas de la lactancia materna
1. Ventajas Nutricionales. La leche materna es el mejor alimento para el recién nacido y lactante, ya que se adapta perfectamente a las necesidades nutricionales y a las particularidades digestivas de ese momento. Así, la proteína de la leche materna es más digestiva y de mayor calidad que la de vaca. La grasa se absorbe mejor y presenta altas concentraciones de ácido linoleico, prostaglandinas, ácidos grasos poliinsaturados y vitamina E. La elevada concentración de lactosa, que estimula la producción de ph ácido y junto al bajo contenido de fósforo, puede inhibir el crecimiento bacteriano y facilitar la absorción del calcio.
2. Ventajas Inmunológicas.
– La leche materna al no precisar prepararse tiene la ventaja de no estar contaminada.
– El factor bífido de la leche materna puede inhibir la proliferación de ciertos organismos patógenos creando un medio ácido en las vías gastrointestinales.
– La leche materna contiene anticuerpos (inmunoglobulinas A, G, M), que sirven para inmunizar al lactante contra ciertas enfermedades infecciosas.
– La leche materna es menos susceptible de desencadenar reacciones alérgicas.
3. Ventajas Psicológicas. La madre que amamanta a su hijo obtiene satisfacción al percibir que es la fuente de la nutrición de su hijo. Siente que le da al niño, lo mejor de ella misma, a la vez que en el ritual del amamantamiento, se establecen unos lazos íntimos con el bebé.
4. Otras ventajas
– La incidencia del cáncer de mama en mujeres que han dado el pecho, es mucho menor que en las que no lo han dado.
– La lactación ayuda a que el útero vuelva a la normalidad más rápidamente después del parto.
– Es más cómoda al no precisar de la preparación de biberones.
La nutrición artificial con leche de fórmula para el bebé
Aunque la lactancia materna es, a tenor de lo expuesto anteriormente, la mejor opción para alimentar al recién nacido, hay ocasiones en las que es preciso recurrir a las fórmulas adaptadas para cubrir los requerimientos del lactante. La lactancia artificial estaría indicada cuando la madre:
– No tiene leche por cualquier motivo
– No tiene suficiente cantidad de leche (lactancia mixta)
– Tiene determinadas enfermedades, toma determinados fármacos, o tiene alguna adicción (alcohol, drogas) que perjudicarían al bebé al pasarle a través de la leche.
– Trabaja fuera del hogar.
Es evidente que en estos casos, se debe de extremar la delicadeza con la madre para evitar que se sienta culpable por este hecho. Es más, conviene recalcar que la gratificación que la madre e hijo perciben con el amamantamiento, también se puede alcanzar con la lactancia artificial. El calor materno puede ser percibido por el bebé cuando es abrazado y está cómodo tomando su biberón. Además con la lactancia artificial, los padres podemos y debemos, participar más activamente en la cría del bebé y de esta forma «descargar» a la mamá de todo el esfuerzo de la crianza.
Las fórmulas de inicio y continuación se obtienen a partir de leche de vaca modificada, para hacer que su composición sea lo más parecida posible a la leche materna.
Ventajas de la lactancia artificial
– Sabemos la cantidad exacta de leche que el bebé está tomando.
– La madre puede ser tratada con fármacos sin que esto suponga un riesgo para el niño.
– El niño puede ser alimentado sin la presencia física de la madre. Este punto es de vital importancia en el actual mundo laboral.
– La composición cualitativa y cuantitativa de la leche es exacta. No existen las fluctuaciones debidas al momento del día o el estado físico y anímico de la madre.
– En los casos de niños con intolerancia a la lactosa, alergia a proteínas, etc., el niño se puede alimentar con la correspondiente leche especial.
Inconvenientes de la lactancia artificial
– Al no disponer de anticuerpos, no da protección al niño frente a infecciones.
– El riesgo de contaminación es mayor por tener que ser preparada
– Es más cara que la leche materna
– Algunos autores, señalan que se disminuyen los lazos entre madre e hijo. Como hombre, prefiero ver que con la lactancia artificial, se nos permite «participar de esa especial intimidad entre madre e hijo».
Pedro J. Toranzos Carazo. Farmacéutico y Nutricionista
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