Que la música es buena es algo que casi nadie duda: potencia la creatividad, puede ayudar a la relajación o a la dispersión y, por supuesto, entretiene. Ahora bien, unos investigadores del Instituto de Aprendizaje y Neurología de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, se han centrado en estudiar una parte muy importante de la música: su efecto en los bebés.
La conclusión ha sido clara: la música mejora el desarrollo cerebral de los bebés y, por lo tanto, ayuda en el aprendizaje del habla. Así lo aseguran los expertos, que han publicado su estudio en la National Academy of Sciences. En esta publicación explican que son «ciertas melodías» las que «mejoran el procesamiento cerebral de los bebés de nueve meses, tanto en lo que se refiere a la música como a nuevos sonidos del habla».
Los beneficios de la música en los bebés
La autora principal del estudio, Christina Zhao, comenta en su escrito que el estudio «sugiere que experimentar patrones rítmicos musicales mejora la habilidad de detectar y predecir patrones rítmicos del habla«. En suma, esto significa que escuchar música en edades muy tempranas puede tener «un efecto global en las habilidades cognitivas de los bebés».
El objetivo del trabajo era averiguar si al enseñar a los niños ritmos musicales se les podría estar ayudando a reconocer los ritmos del lenguaje, es decir, los comienzos de sus primeras palabras. Para ello, los autores estudiaron cómo los bebés reconocían patrones de actividad para, después, poder predecir lo que venía después. La importancia en la percepción de estos patrones es clara: se trata de una «importante habilidad cognitiva», por lo que mejorarla a edades tempranas «puede tener efectos a largo plazo».
En total, los investigadores se valieron de 39 bebés que jugaban con sus padres y que eran guiados para hacer actividades. De estos 39 individuos, 20 escuchaban la música mientras que los otros 19 eran el grupo de control. De este modo, se pudo observar cómo todos los bebés jugaron y desarrollaron habilidades sociales, con la diferencia de que uno de los grupos aprendió los ritmos musicales.
Respuesta cerebral de los bebés al ritmo
Esto es importante. Como explican los autores en su estudio, el ritmo de las sílabas ayuda a quien escucha a definir y discriminar entre los sonidos que hacen las personas al hablar y otros ruidos. Asimismo, enseña a entender lo que se dice. «Y esta es la habilidad que permite a los bebés distinguir los sonidos y así poder hablar», enfatizan los investigadores.
Después de la primera prueba ya descrita, el siguiente paso: las familias volvieron una semana después para que los investigadores pudieran medir las respuestas cerebrales de los bebés. A través de escáneres, los bebés escucharon música y palabras bajo un ritmo que se iba interrumpiendo. De esta forma se pudo comprobar cómo los cerebros de los pequeños podían detectar esa interrupción.
«Los bebés que estuvieron en el grupo con música tuvieron respuestas cerebrales más sólidas con relación a la interrupción», exponen los autores, que enfatizan en que estas respuestas se producían tanto en la música como en el habla. «Esto sugiere una vinculación entre la escucha de música y la habilidad de los pequeños para detectar patrones de sonidos», aseguran.
Todo esto viene a señalar la importancia de aumentar la experiencia con música de los pequeños, tanto en casa como en los colegios. «Los efectos de la música van más allá de la música en sí», continúan los investigadores, que son tajantes al decir que experimentar la música «tiene el potencial de aumentar estas habilidades y mejorar la capacidad de los niños para detectar y reaccionar rápidamente a los patrones en el mundo».
La música es buena para los niños
Este estudio es otro más que se une a una larga lista de investigaciones que han demostrado cómo la música ayuda a los recién nacidos en múltiples aspectos: sirve para que coman mejor, duerman más y lloren menos, por ejemplo.
«Al escuchar música clásica, los niños se estimulan, ejercitan neuronas corticales y fortalecen los circuitos usados para las matemáticas», explica el profesor Gordon Shaw, de la Universidad Irvine en California (Estados Unidos). En suma: «la música estimula los patrones cerebrales inherentes y refuerza las tareas de razonamiento complejo».
Entre los beneficios de la música para los más pequeños de la casa se encuentran muchos, aunque probablemente puedan resumirse con esta lista:
– Promueve su inteligencia emocional.
– Favorece la tranquilidad.
– Asienta las bases de su personalidad.
– Desarrolla su creatividad, su concentración y la coordinación.
– Acelera el aprendizaje de idiomas.
– Desarrolla el razonamiento y el gusto para la música.
– Enriquece las emociones.
– Fortalece los circuitos usados para las matemáticas.
La música también en el embarazo
Los beneficios de la música pueden notarse en el bebé antes incluso de que llegue a casa, aunque en este sentido los investigadores no terminan de ponerse de acuerdo. Son muchos los trabajos científicos que han constatado que los bebés reaccionan a los sonidos cuando están en el útero, pero pocos saben decir exactamente qué significan los movimientos del feto.
Al respecto, mucha gente cree que poner música a los bebés en el embarazo, algo que no está para nada corroborado por la ciencia. Aún así, los expertos no se muestran contrarios a ponerle música a los niños antes de que nazcan: aquí lo que prima es la moderación. Esto es, pon música al bebé si quieres, pero no lo hagas a volúmenes altos. Eso sí, mejor optar por música clásica antes que sonidos estridentes.
Damián Montero
Te puede interesar:
– La música y el desarrollo en los niños
– A partir del primer mes… ponle música a tu bebé
– La música y su importancia en el primer año del bebé