¿Qué padres no se han sentido agobiados por el llanto del bebé? Los bebés no lloran por capricho o para llamar la atención, es su forma de comunicarse y cada llanto es distinto. Así pueden expresar su estado de ánimo o sus necesidades. Al nacer la única forma de comunicación de la que disponen los bebés es el llanto.
El llanto del bebé sirve para transmitir mensajes como «tengo hambre» o «estoy sucio» o, por qué no, «necesito mimos». Pero llorar no solo es un medio de expresión de necesidades, sino también de liberación de sentimientos de pena o cansancio.
Por qué lloran los bebés
Cada vez que el bebé rompa a llorar comprueba que no lo hace por ninguno de los siguientes motivos:
1. Le duele algo. Este tipo de llanto suele manifestarse de forma aguda. En este caso es fundamental averiguar cuanto antes qué le ocurre al pequeño para aliviarle o, en su caso, llevarle al pediatra. Al nacer, el llanto por dolor suele estar producido, en la mayoría de los casos, por cólicos.
El niño se contrae, llora enrabietado y suele sentir alivio cuando se le masajea la tripita. El pediatra nos recomendará, además, que le ofrezcamos alguna infusión para calmarle el dolor.
2. Siente hambre. El bebé llora siguiendo una secuencia más o menos repetitiva. En cuanto se le ofrece el pecho o el biberón se calma. A medida que va madurando, el simple hecho de observar u oír que se le está preparando la comida ya le anima.
3. Algo le molesta. Llora enrabietado porque hay algo que le está incomodando. Lo más probable es que tenga el pañal sucio.
4. Se siente triste. Baja el labio inferior, hace pucheros y su llanto es lastimero. Lo mejor es que le consolemos y le ofrezcamos todo nuestro cariño.
5. No quiere estar solo y se aburre. El bebé es un ser que necesita compañía y distracción. Por eso, cuando se aburre no duda en manifestar su malestar mediante un llanto furioso. Este tipo de lloriqueo suele producirse a partir de los tres meses.
6. Ha acumulado mucho cansancio y no consigue dormirse. Este tipo de llanto es continuo. Mediante sus quejas intenta expresar el enfado que le provoca no poder dormirse. Por ello, conviene que le llevemos a un lugar tranquilo y le acunemos buscando que el niño se relaje antes de meterle en la cuna.
El llanto es una necesidad para el bebé
Numerosos estudios han demostrado que los niños nacen con unos niveles de cortisol (indicador de estrés) muy elevados. Este dato demuestra que los pequeños nacen estresados y van relajándose lentamente hasta que cumplen seis meses de vida.
Por ello, si nuestro bebé llora sin motivo (hemos comprobado que no le ocurre nada aparentemente) puede que simplemente lo haga por necesidad.
En este caso, es bueno acunarle y consolarle sin intentar que se calle. Nuestro contacto y afecto le ayudarán a canalizar esta necesidad emocional.
¿Cuánto tiempo lloran los bebés al día?
– Durante los tres primeros meses, los bebés suelen llorar una media de dos horas a lo largo del día.
– Hacia los tres meses, coincidiendo con la desaparición progresiva de los cólicos del lactante los episodios de llanto se van reduciendo a una hora diaria.
Evidentemente, no todos los niños son iguales. Se calcula que un 10% de los bebés pueden llegar a llorar entre cuatro y ocho horas diarias. Por lo general, no les ocurre nada en especial. Es más, al año, su actitud especialmente llorona suele cambiar radicalmente hasta tal punto que su comportamiento se asemeja al de cualquier otro bebé de su misma edad.
Estrategias para que el bebé deje de llorar
– Siempre que el niño llore es importante que acudas con prontitud. Esto no implica mimarle, sino hacerle ver que es importante para nosotros.
– Prueba a crearle un clima relajante. En el mercado podremos encontrar música que nos ayude a tranquilizar a nuestro hijo en los momentos más críticos.
– No es malo que llore. Lo que hay que hacer es remediar la causa del llanto y calmarle. Pero si el problema, por ejemplo, es un susto, hay que permitir que se desahogue y que libere su nerviosismo.
– No te desesperes, dentro de un tiempo sabremos distinguir cada llanto. Los padres experimentados llegan diferenciar claramente los quejidos de hambre del de sueño, frío…
– Los bebés con una personalidad nerviosa lloran con mayor facilidad y, como consecuencia, nos ponen nerviosos a nosotros, lo que les hará llorar más… Esto puede crear un círculo vicioso que han de saber cortar los padres porque el bebé no será capaz. Cuando nuestra paciencia llegue al límite no dudes en pedir ayuda, sobre todo cuando el llanto del niño afecte al sueño nocturno familiar.
¿Y si no llora el bebé?
Si el niño no llora ni aún en las inevitables situaciones de incomodidad o dolor, quizá esté justificada una consulta al pediatra, para que éste investigue la causa de este «extraño buen carácter» del bebé. Existen algunos procesos patológicos caracterizados por la falta de expresividad del niño, que tienen origen cerebral y que obedecen a malformaciones o a causas del metabolismo, pero la ausencia de llanto puede ser también una de las primeras manifestaciones del autismo.
Cristina Murcia
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