Cuando un bebé presenta un color amarillento en la piel y mucosas, lo más probable es que padezca ictericia, una enfermedad relacionada con el hígado. Aunque no se trata de una dolencia grave será necesario que el niño sea controlado por el pediatra en todo momento. Sólo él podrá determinar el mejor tratamiento a seguir.
Síntomas asociados
Para evaluar el grado de ictericia de nuestro bebé tendremos con consultar con el pediatra. Él nos preguntará por algunos de los síntomas asociados: ¿Tiene nuestro pequeño fiebre, dolor abdominal o picores? Una vez aclarados estos puntos, lo más probable es que el médico opte por realizarle un análisis de sangre, de orina y una ecografía. Y es que, cuando la retención de bilis se prolonga, en ocasiones, no se trata tanto de un mal funcionamiento del hígado como una carencia vitamínica. En estos casos, el tratamiento suele consistir en la administración de vitaminas mediante inyecciones intramusculares.
Leche materna
En este sentido, es importante aclarar que existen distintos tipos de ictericia del recién nacido. Así, la ictericia por leche materna, por ejemplo, suele aparecer tras las primeras tomas. Y es que, cuando comencemos a dar de mamar a nuestro pequeño puede ocurrir que nuestra leche contenga una sustancia que disminuya la actividad de las enzimas del hígado del niño encargadas de la transformación de la bilirrubina.
Ictericia fisiológica
Otra posibilidad es que nuestro hijo padezca una ictericia fisiológica. Este tipo de afecciones, que suelen afectar al 20-30% de los bebés nacidos a los nueve meses y al 70-90% de los prematuros, se presentan aisladas, sin fiebre y, sobre todo, sin trastornos digestivos. El motivo fundamental suele deberse al aumento en el nivel sanguíneo de bilirrubina. Esta sustancia que, por lo general, es transformada por el hígado con el fin de que pueda ser eliminada por el organismo, no se modifica correctamente, sobre todo durante las primeras horas que siguen al parto.
Si nuestro bebé se pone demasiado amarillo y el valor de bilirrubina se acerca a valores críticos, lo más probable es que el pediatra del niño opte por tratarle con fototerapia. Para ello, colocarán a nuestro pequeño bajo unas lámpara ultravioletas que proporcionan una luz azul y facilitan la eliminación de bilirrubina.
Para pensar…
-El tratamiento de fototerapia no suele revestir ningún tipo de peligro para los recién nacidos.
-Para prevenir las ictericias por leche materna es importante que vigilemos nuestra alimentación mientras estemos dando de mamar al bebé, procurando moderarnos con las legumbres, los guisantes y las coles que podrían dificultar la digestión del niño.
-Si la piel de nuestro bebé ha cambiado de color durante los últimos días controlémosle. Quizá sea algo pasajero pero, en el caso de que no sea así, no dudemos en llevarle cuanto antes al pediatra.
-En ocasiones, al cambio de color se unen otros síntomas como la fiebre y el dolor de cabeza. Estos casos suelen asociarse a un germen infeccioso (virus de la ictericia). Para solucionar el problema además de tratamiento adecuado el pediatra nos instará a que la alimentación del niño sea pobre en grasas por lo que tendremos que proporcionarle, fundamentalmente, frutas, verduras, azúcar y leche desnatada.