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Crianza con apego: las 8 claves de la crianza natural

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«Crianza natural» o «crianza con apego» son términos acuñados por el pediatra William Sears y su esposa Martha, enfermera, padres de ocho hijos y con una vida dedicada a la infancia. Se basa en la crianza del amor, del respeto, de la escucha y del acompañamiento del bebé en sus primeros meses, e incluso años.

Crianza con apego, Attachment Parenting parte de la naturalidad y del instinto de los padres y sigue ocho premisas, las 8 «B» (en inglés todas empiezan por esta letra) de una crianza desde el cariño, con calidad que fortalezca el lazo emocional del bebé con sus padres.

Las 8 claves de la crianza con apego natural

1.    Birth bonding: lazos afectivos desde el nacimiento

Una vez dado a luz, tanto la madre como el bebé necesitan estar juntos. el bebé necesita el calor, interactuar con ella. El método canguro, el piel con piel favorece el desarrollo de los lazos afectivos y es la base de la crianza con apego. Una separación prolongada en ese momento puede tener efectos en el plano emocional y psicológico del bebé con el tiempo.

El padre también puede proporcionarle ese bienestar primero si la madre no puede. El vínculo se desarrolla, no es automático, por eso hay que proporcionar al bebé las atenciones necesarias para que se desarrolle el apego emocional positivo.

2.    Breastfeeding: lactancia materna

La lactancia materna proporciona la alimentación que necesita el bebé aportandole los nutrientes, necesarios y reforzando sus defensas.

Dar el pecho también es un momento donde madre e hijo se encuentras, donde el bebé encuentra calma, consuelo, se siente seguro.

¿Quiere decir esto que si no se le da el pecho no se pueda crear un vínculo con el bebé?. No, es cierto que la lactancia materna es beneficiosa nutritiva y inmunológicamente hablando pero alimentar a un bebé es más que eso, es darle seguridad, consuelo, responder a sus necesidad, es cercania, es amor y todo ésto también se consigue si se opta por alimentarle con leche de fórmula. Es la calidad de la crianza lo que ayuda al desarrollo del apego afectivo positivo.

3.     Babywearing: llevar al bebé encima

El porteo, ya sea a través del portabebés o en brazos, proporciona el bebé una protección mayor. Les calma y les da seguridad para entender mejor los estimulos que llegan desde el exterior, les permite interactuar desde el sosiego, desde la confianza.

Los bebés que son porteados lloran menos, duermen mejor, su respiración y temperatura está regulada con la del porteador, les ayuda si tienen cólicos por la presión y el calor que sienten en su vientre, y les ayuda en su desarrollo psicomotor y social.

4.     Beding close to baby: dormir cerca del bebé

El colecho o la cohabitación favorece el descanso del bebé y de la madre ya que puede responder a sus necesidades en mayor brevedad sin hacer esperar al bebé evitando mometos de angustia y estrés por la separición.

– Favorece la lactancia materna ya que tiene el pecho cerca y ayuda a la recuperación de la madre ya que así puede descansar más y evita el tener que levantarse continuamente para alimentarlo.

– Favorece el sueño del bebé y evita que lo vea cómo algo desagradable, que lo viva con angustía y así el dormir sea placentero, seguro y tranquilo.

5.    Belief in the language of valur of your baby’s cry: confianza en el valor de su llanto como lenguaje

El modo de comunicarse que el bebé utiliza es el llanto. Si lloran es por algo. Sí se le ignora, el bebé creerá que sus necesidades no son importantes y dejará de comunicarse influyendo negativamente en su desarrollo psicológico y en la manera de relacionarse en el futuro.

«Dejar llorar a un bebé provoca un aumento de la cortisol, hormona del estrés y la serotonina, que influirá en el desarrollo neurológico del bebé. Para contrarrestar todos estas sustancias se liberan otras (endorfinas, serotonina, opiáceos) que provocan una bajada del estrés, por lo que es normal que luego el bebé caiga rendido y se duerma, pero no porque haya aprendido algo sino porque estas sustancias hicieron efecto». (Jové R.).

Hasta los 3-4 años, el niño no tiene la capacidad de ponerse en el lugar del otro, de sentir empatía, de entender segundas intenciones, de interpretar la mente del otro, de manipular, es por eso que si el bebé o el niño llora es porque tiene una necesidad que él sólo lo puede proporcionarse y reclama la intervención de su cuidador. Teoría de la Mente (Premack y Woodruf, Baron-Cohen y Leslie).

6.    Beware of baby trainers: tener cuidado con los «adiestramentos»

El ritmo de un bebé no es como el de los adultos, su desarrollo, sus necesidades, son distintas. No tienen horario fijo, no tienen agenda.

El sueño del bebé difiere mucho al del adulto. El suyo está «programado» para despertarse y alimentarse. Intentar que el bebé siga el ritmo de vida del adulto no favorece su natural desarrollo, aunque eso no implica que no hayan rutinas, ni limites. El adulto ha de procurar un entorno seguro y tranquilo para el dearrollo del bebé basado en el respeto y confianza.

7.    Balance: mantener el equilibrio

Buscar el punto medio es necesario para no ser ni autoritarios ni permisivos. Sólo la cercania con el bebé, ayudará a discernir y conseguir una crianza positiva y feliz..

8.     Both: ambos

El ambiente familiar es primordial para conseguir una crianza con apego. La complicidad la empatía, implicación de todos los miembros, siempre desde el respeto, ayudará a crear un vínculo sano. Tanto el padre como la madre deben implicarse por igual en el cuidado de sus hijos, en su educación, en la atención de sus demandas.

Marián Zamora Saborit. Fisioterapeuta, Psicomotricista infantil en educación. Técnico en Método Pilates. Autora del blog Mímate un poco.

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