¡Qué alegría, ha llegado el bebé! A la inmensa felicidad por el nacimiento de nuestro hijo muchas veces se suma un sentimiento de miedo: ¿duerme demasiado? ¿llora mucho? ¿eso de la piel es normal? Es muy normal que en los padres (principalmente primerizos) surjan dudas sobre la «normalidad de ciertas características del bebé», tal y como explican los expertos de la Asociación Española de Pediatría en Atención Primaria.
Estos son algunos ejemplos de cosas completamente normales por las que los padres no tienen que angustiarse.
Características de la piel del bebé
La piel del bebé es uno de los primeros factores de angustia en los padres. Por ello, estos pediatras explican que es frecuente «observar en los primeros días una descamación de la piel en el tronco y las extremidades». Al ser normal, no es necesario un cuidado especial ya que «se resuelve sola en poco tiempo», matizan.
En otras ocasiones podremos observar que el bebé tiene, en la zona baja de la espalda, «una mancha de color oscuro que recuerda a un moratón». Esto y recibe el nombre de «mancha mongólica» ya que es frecuente en esta raza. La extensión de la mancha puede variar de un niño a otro pero hay que tener una cosa clara: «no significa ninguna enfermedad y desaparece sola en los primeros años». Ocurre lo mismo con las manchas de color rojo que aparecen en la piel de la zona de la nuca, de los párpados o en el centro de la frente: desparecerán sin hacer nada en pocos meses.
Por lo que respecta a la nariz, las mejillas y la barbilla, es común que en los primeros días aparezcan «unos pequeños granos blanquecinos que recuerdan a las pústulas del acné». Estos reciben el nombre de miliaria, aunque también se les conoce como engordaderas. «No tienen importancia ni requieren cuidados», explican los pediatras.
Características de las uñas de los recién nacidos
Los niños nacen a menudo con las uñas de las manos largas y parcialmente rotas en sus extremos. Los pediatras comentan que, a veces, esto provoca que se lastimen, «sobre todo la cara». Si esto ocurre, puedes cortar las uñas a tu bebé independientemente del tiempo de vida que tenga.
Ahora bien, ¿cómo cortarle las uñas? «Debe hacerse con cuidado, aprovechando los momentos en que el bebé esté más relajado y utilizando unas tijeras adecuadas de punta redonda o bien un cortaúñas». Si no os sentís muy seguros en el manejo de las tijeras con vuestro bebé, podéis, puntualmente, optar por una lima de uñas.
¿Tiene las mamas hinchadas?
Otra cosa normal en los bebés recién nacidos es que. debido al paso de hormonas maternas a través de la placenta, «tengan durante las primeras semanas un aumento de tamaño de las mamas». De nuevo los pediatras son claros en este aspecto: «no se debe presionar, desaparecerá solo al cabo de unos meses».
El ombligo del recién nacido
A lo largo de los años, los consejos sobre el cuidado del cordón umbilical en los primeros días y hasta su caída han sido cambiantes: según el año en el que ha nacido el bebé se le han recomendado distintos productos antisépticos (alcohol de 70º, mercurocromo, productos con yodo, etc.) y popularmente se han recomendado prácticas como la de no mojar el cordón o bañar al niño hasta que este se hubiera desprendido.
En la actualidad, diversos estudios científicos han acordados las siguientes recomendaciones sobre el cuidado del cordón umbilical, que pueden resumirse en las siguientes:
· El cordón suele desprenderse entre el 5º y 15º día.
· La zona del cordón se puede lavar con agua tibia y un jabón neutro, al igual que el resto de la piel, en el momento del baño, secándolo después y cubriéndolo con una gasa seca.
· Es necesario cambiar a menudo los pañales del bebé. Si comprobamos que el cordón aparece manchado con heces, hay que lavar de nuevo con agua y jabón, secar y dejar una gasa seca.
· El uso de antisépticos no ofrece ventajas sobre una buena higiene y en ocasiones puede retrasar la caída del cordón.
Los genitales del bebé
En el caso de los varones, es normal que exista fimosis, una «situación normal a esta edad que no requiere ninguna intervención, siendo desaconsejable la realización de retracciones forzadas de la piel», explican estos expertos.
Por lo que respecta a las niñas, «es frecuente hallar unos labios mayores abultados». En los pliegues entre los labios mayores y menores aparecen también «unos restos blanquecinos que son restos del vernix caseoso, sustancia untuosa blanquecina que recubre la piel del bebe en el momento de nacer)». Esta sustancia está muy adherida y a veces requiere de sucesivos lavados suaves para que desaparezca.
Por otro lado, en ocasiones puede verse la salida por el orifico vaginal de una secreción mucosa. Esto se da como consecuencia de la influencia de las hormonas maternas, al igual que ocurría en el caso del hinchazón de mamas.
A veces, tras unos días, puede incluso producirse un pequeño sangrado por la vagina (una pequeña menstruación). Pese al susto, tranquilos, esto también es normal.
Los ojos del bebé recién nacido
En contra a la creencia popular, los recién nacidos son capaces de ver desde el nacimiento. Eso sí, solo a una distancia de unos 20 o 30 centímetros son capaces de enfocar la imagen y, por ejemplo, pueden apreciar con nitidez el rostro de su madre.
La higiene de los ojos en circunstancias normales no exige el empleo de materiales especiales como gasas estériles o suero fisiológico. Con agua tibia y un paño suave es suficiente. «Solo si aparece alguna anomalía, como inflamaciones o secreciones anormales, se deberá consultar con el pediatra o la enfermera la necesidad de tratamiento», matizan al respecto.
Hay cosas que hace mi hijo… ¿debo preocuparme?
«La mayoría de los recién nacidos sanos realizan con frecuencia ciertos actos que pueden interpretarse erróneamente o, al menos, generar cierta inquietud en los padres», comentan los pediatras, que se refieren, por ejemplo, al hipo, los estornudos o pequeños ruidos nasales al dormir.
En estos casos, la recomendación es simple: «una observación tranquila del bebé, asegurándonos de su bienestar, es suficiente, no siendo necesaria ninguna intervención».
La rutina de los bebés
Un último apunte tiene que ver con la rutina de los bebés recién nacidos: estos «manifiestan un patrón de ciclos de actividad y sueño variables a lo largo del día y ajeno al ritmo de vigilia-día/sueño-noche de los adultos». Sin embargo, «con el transcurso de las semanas los bebés van aprendiendo a organizar el día«, ahora buen, esto no lo hacen solos: «resulta útil ir adecuando los estímulos de ruido y luz, así como ciertos acontecimientos como el baño a horas similares, para favorecer la aparición de rutinas y ritmos«, concluyen.
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