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Claves antes de comprar un carrito de bebé

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Los carritos de bebé son uno de los principales gastos que tenemos que afrontar cuando preparamos la llegada de nuestro bebé junto con las cunas. Sin embargo, existen tal variedad de opciones que es normal dudar y no saber cuál elegir para que nuestro bebé esté cómodo y, a la vez, sea una inversión duradera. Te contamos las claves que debes tener en cuenta antes de comprar un carrito para tu bebé.

Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) nos aconsejan tener en cuenta varios aspectos antes de decidirnos por el carrito que vamos a usar y hacernos tres preguntas clave: cuándo vamos a usar el carrito (si cuando sea más mayor, o recién nacido), dónde (en la ciudad, transporte público, o para viajar) y qué accesorios del carrito serán verdaderamente necesarios.

Con todo esto, la compra del carrito del bebé supone una combinación de nuestros intereses y presupuesto con las necesidades y la comodidad del bebé (o los bebés, si son dos). Ten en cuenta estos puntos clave y evitarás equivocaciones habituales: que el carrito no le sirva al poco tiempo, que nuestro bebé no esté cómodo o que sea difícil de transportar, por ejemplo.

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Aspectos básicos antes de comprar el cochecito

1.    Peso y espacio: el peso y la manera de plegar el carrito son dos aspectos esenciales antes de comprarlos, especialmente si queremos el carrito para andar por la ciudad o entrar a tiendas, por ejemplo.

– Materiales ligeros para el carrito de bebé. Lo mejor es que te fijes en un carrito que tenga materiales ligeros (y, si son impermeables, mejor) para así aminorar el esfuerzo que tendrás que hacer: ten en cuenta que un carrito de bebé puede pesar entre cinco y 14 kilos, a lo que se sumará lo que pese tu bebé. Si bien es cierto que recién nacido tus músculos no tendrán que sostener gran peso, conforme el niño se haga más grande la carga puede acabar siendo dolorosa para tus brazos si el carrito de bebé es muy pesado.

– Plegado de la sillita o del carrito de bebé. Asimismo, fíjate bien en cómo se pliega el carrito, pues hay algunos que lo hacen como un libro (una vez plegados se mantienen solos de pie) y los que se pliegan como paraguas (no se mantienen de pie). Ten en cuenta esto y valóralo junto a tus preferencias personales y de rutina: los primeros son algo más cómodos pero también más pesados, mientras que los segundos suelen ser más ligeros pero, al mismo tiempo, requieren que los sujetemos.

Los expertos aconsejan que tengas muy en cuenta el entorno en el que vas a usar el carrito del bebé: si es en ciudad, lo mejor es que compres un carrito urbano: fácil de llevar y de plegar, mientras que si es para el campo resulta más útil el todoterreno: que tenga unas ruedas grandes y resistentes. Asimismo, no olvides cómo es tu casa y si tienes ascensor para llevar el carrito (si no lo tienes, de nuevo conviene que sea más ligero), y también el tamaño del maletero del coche si piensas viajar o ir en coche con tu pequeño, por ejemplo.

2.    Tamaño del niño: la OCU también aconseja tener en cuenta desde cuándo vas a usar el carrito para tu bebé: si desde los primeros días de vida o cuando ya sea más mayor (unos seis meses, por ejemplo).

– Para el bebé recién nacido. Si usas el carrito desde que nace el bebé, es importante que tenga un respaldo rígido y que sea totalmente reclinable. 

– Para el bebé a partir de los seis meses de vida. Los que mejor funcionan son los que tienen respaldo reclinable en varias posiciones y que sea cómodo.

También en este caso puedes valorar que el capazo (la estructura en la que viaja el bebé) pueda cambiarse fácilmente separándose del chasis del carrito, para así poner otra estructura para cuando tu bebé se pueda mantener sentado. Por último, en este aspecto debes tener en cuenta el tamaño de las piezas si quieres usarlo durante más tiempo y que no se le quede pequeño.

Los cochecitos más prácticos reúnen todas estas características (capazo y sillita regulable), mientras que los más completos, y por lo tanto más aprovechables, incluyen además la sillita para el coche. Ten todo esto en cuenta antes de comprarlo: esta opción es muy versátil, pero no es útil si ya tienes, por ejemplo, un portabebés para el coche.

3.    Las ruedas: en la actualidad existen carritos con tres ruedas y otros con cuatro. Aunque realmente ambas opciones tienen la misma estabilidad, es bueno que sepas que, aunque los carritos de cuatro ruedas suelen ser más ligeros y los de tres resultan algo más grandes y pesados, estos segundos acostumbran a ser más manejables, con altura regulable, frenos que se manejan con la mano y un gran espacio para guardar cosas debajo de la silla.

¿Quién lo llevará? Por lo general, los carritos suelen tener una medida estándar, pero esto puede ser un problema si los padres son muy bajos o muy altos. Ten en cuenta a qué altura están los manillares y la sillita para que sean adecuados y cómodos de llevar. Lo mejor en estos casos es que sean regulables en el manillar: así no habrá problemas.

4.     El precio: es cierto, el precio es un factor importante a la hora de comprar un carrito. Los hay desde los 300 hasta bastante más de 1.000 euros, por lo que el presupuesto será también determinante a la hora de comprar el mejor. En este caso, se aconseja que valores todos los factores y si «merece la pena» pagar más por uno mejor. También puedes aprovechar ofertas y ‘outlets’ para hacerte con este importante objeto.

Prueba el carrito del bebé antes de comprarlo

Después de haber tenido en cuenta todos estos factores, no olvides probar el carrito del bebé antes de comprarlo y que compares unos con otros. Quizá descubras que el que más te gustaba no es el más indicado, y te ahorrará «enfados» una vez que estés en casa.

Así, ábrelo y ciérralo con una mano para valorar la facilidad del proceso, pues es un movimiento que tendrás que hacer multitud de meses cuando llegue tu bebé. Comprueba que todas las ruedas se pueden mover en todas las direcciones y que se bloquean sin problema al accionar el freno. Si en la tienda hay una escalera, súbela y bájala con el carrito para comprobar cómo funciona.

Fíjate bien en todos los detalles del carrito: cómo se reclina la silla, de qué tamaño es (para el coche y la casa, sobre todo) y cómo son los complementos: que el cinturón de seguridad pueda quitarse para lavarlo (será muy común que tu bebé lo manche) y que tenga distintas posiciones para adaptarse bien al cuerpecito de tu bebé. Además, para las más coquetas, lo mejor es que el carrito permita utilizar bolsos y fundas de diferentes marcas para, así, poder vestirlo a tu antojo y del color que más te apetezca cuando vayas de paseo, sin estar limitada a una sola marca o modelo, por ejemplo.

Ángela R. Bonachera

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