Desde que hay bebés en esta tierra, padres de todo el mundo se han visto enfrentados a una realidad cruda, demandante e incluso a veces exasperante: el llanto del bebé. Ya sea cuando se está solo en casa, o en un lugar lleno de gente, se presenta la ocasión donde tu bebé llora, lo intentas todo y no hay manera de calmarle.
La gente comienza a mirarte, incluso empiezas a pensar «¿Lo estoy haciendo bien?, ¿Serán todos los bebés así, o es sólo el mío?». Y claro, nunca falta la persona de turno que comenta: «Mi bebé es un bendito, no llora JAMÁS». Pero la realidad es que, salvo contados casos, todos los bebés lloran. Es su lenguaje, su manera de comunicarse, pero también es mucho más que eso. Como toda comunicación, la manera en la que respondemos creará un efecto en aquel que se comunica.
Motivos que causan el llanto del bebé
Hay todo tipo de motivos por los que un bebé puede llorar y estos se van perfilando en carácter con los meses que pasan. Los motivos más comunes suelen ser las necesidades básicas de hambre y sueño. Hay otras causas como tener el pañal sucio, el aburrimiento, estrés y molestia o dolor. Y, por último, hay una razón menos mencionada que provoca el llanto y es la necesidad de apego y mimos, una necesidad básica muchas veces omitida.
El apego en los primeros dos años de vida traza un fuerte molde de cómo será tu autoestima, tu autoimagen, la manera en que afrontas los problemas, cómo observas tu lugar en este mundo y cómo te enfrentas a situaciones de agobio y estrés el resto de tu vida.
Dale un apego seguro a tu bebé
El apego de los padres a los hijos hace mucho más que tranquilizar y es esencial en el desarrollo de los bebés, pero lo que es importante es darles apego seguro. El apego seguro permite que el bebé tenga plena confianza en que sus figuras de apego estarán disponibles y responderán en caso de necesidad y le ayudarán en la adversidad, sin sentir inseguridad, miedo ni angustia.
Conseguir que tu bebé tenga apego seguro no es en absoluto sinónimo de no dejar a tu hijo llorar jamás, es más bien conseguir que tu hijo sepa que si tiene una necesidad que el mismo no puede suplir, ésta será atendida de otra forma. Esto es esencial para un desarrollo sano de la personalidad y para una base sana a la hora de establecer relaciones a lo largo de la vida. Por lo contrario, Perry (1999) define apego inseguro como sentir emociones inconsistentes, de castigo y sentirse amenazado en momentos de estrés.
El apego seguro se desarrolla cuando los padres y sus hijos tienen una relación afectiva, segura y estable, tanto en lo que corresponde a necesidades básicas como a las afectivas. Para ello hace falta que los padres muestren una respuesta sensible frente a las necesidades de sus hijos de manera empática, creando en el niño un sentimiento de seguridad, aceptación y confianza.
¿Cómo desarrollar el apego seguro del bebé?
Maneras de desarrollar apego seguro en los niños de 0-2 años:
1. Expresar a los hijos cariño de manera física y verbal. Esto crea una base de seguridad que evolucionara luego en autoestima.
2. Mostrar apoyo a los hijos en situaciones de agobio, dolor y estrés. De aquí surge la confianza en uno mismo. Si el bebé se pega un golpe o se hace daño, hay que consolarle. Este consuelo no significa que hay que hacer de cualquier tropezón una montaña. Hay que saber realizar una valoración del posible daño y actuar en concordancia. Es importante no actuar de más ante una situación de poco o ningún efecto, ya que el bebé aprendería en este caso que aparentar ser indefenso y dolido le hace obtener atención independientemente de si lo está o no.
Esto puede ser particularmente difícil cuando se sabe que al bebé no le pasa nada, pero no quiere dormirse y puede costar mucho dejarle llorar. También es un reto cuando quiere algo que no puede tener y llora desconsoladamente. Es importante no reforzar a los bebés sus llantos de caprichos. Por otro lado, no hay que ser excesivamente duros a la hora de reaccionar. Es importante que los hijos sepan que tienen tu apoyo ante situaciones adversas.
3. Felicitarlos por sus logros, sus conductas positivas y otros avances en su desarrollo. Este refuerzo no se debe realizar cada vez que se haga la acción, sólo cuando se consigue por primera vez o cuando se está a punto de hacerlo. No hay que hacer del niño el centro de atención felicitándole por sus proezas cada vez que las haga, una vez lograda la hazaña. El refuerzo correcto de conductas positivas asegura la autonomía y motivación.
4. Promover, en un ambiente seguro, nuevas experiencias y situaciones. Esto se puede hacer rodeando al bebé de gente nueva, lugares diferentes, estimulación cognitiva, etc. Esta flexibilidad ambiental genera adaptación social.
5. Animar a los hijos a conseguir sus objetivos; recordarles que ellos pueden conseguir lo que se proponen. Aunque en los primeros momentos no entienden nuestras palabras, sí captan nuestra entonación motivadora y alentadora. Ésta refuerza la confianza en la capacidad de resolver los problemas propias.
6. Intentar que el bebé haga cosas por sí mismo con un mínimo de ayuda. Hay que dejar que los niños aprendan a jugar solos, que intenten resolver sus problemas ellos antes de saltar a ayudarles. Que los bebés intenten afrontar sus propios retos genera iniciativa, capacidad de análisis y confianza en sí mismos.
7. Es muy importante que haya reglas y normas en casa. Hay que explicar a los niños por qué están mal las cosas que hacen mal. Antes de que los bebés entiendan el lenguaje, entienden los tonos. Por ello, el uso de un «NO» tiene poder a pesar de que el niño no entienda lo que se le está diciendo. Que haya reglas en casa fomenta que los hijos se hagan a la idea de que existen límites establecidos en el hogar que deben respetar.
El diálogo y la explicación del motivo por el que las cosas prohibidas no se deben realizar, hará que los hijos hagan frente a sus problemas de la misma manera, a través del diálogo y la explicación. Por último, el reconocer la existencia de reglas es aceptar la posibilidad de consecuencias negativas ante comportamientos negativos.
Cómo actuar para dar autonomía al bebé
Existen ciertos modos de favorecer que tu bebé intente solucionar sus problemas, se esfuerce por conseguir sus objetivos, que sepa entretenerse solo y consolarse, como son:
– Dejarle agarrar un juguete, en vez de dárselo directamente.
– Dejarle llorar cuando lo que toca es que se duerma sólo, sin que le acunes hasta que se duerma.
– Darle de comer papillas de sabores nuevos.
– Dejarle jugar, en vez de tenerle siempre en brazos.
– No ceder a lloros caprichosos.
– No tratar al bebé como el centro de atención
Maite Balda Aspiazu. Psicóloga y especialista en Neurociencias cognitivas
Más información en el libro El bebé más feliz, de Harvey Karp
Te puede interesar:
– Bebés felices: cómo hacer feliz a tu bebé
– 8 cosas que debes saber sobre los recién nacidos
– Los grandes cambios del bebé de 0 a 12 meses