Cuando los bebés sienten frío suelen tener las manitas, piernas, pies y orejitas bajas de temperatura porque son las partes del cuerpo por donde se destemplan y se detecta antes si tienen frío. Vestir al bebé con capas puede facilitar quitarle las prendas que sobran al entrar y salir de un interior al exterior. Recuerda que el frío del invierno no es malo, lo peor son los cambios brucos de temperatura.
Si a nosotros los adultos nos afectan los cambios climáticos, los bebés no son una excepción. Para saber cómo abrigar al bebé en invierno, ten en cuenta que la medida correcta es abrigarles con una capa más de la que lleves tú.
El bebé necesita un continuo cuidado por vuestra parte, porque aún no es lo suficientemente autónomo como para valerse por sí mismo. Lo abrigaditos que estén dependerá totalmente de vosotros, ellos aún son pequeños para notar si tienen calor o frío y así poder quejarse, aunque ya tengan pequeñas nociones.
Signos claros de que el bebé tiene frío
Los bebés sudan a través de la piel cuando tienen mucho calor al igual que cualquier persona y se encuentran incómodos y lloran si sienten mucho frío. El frío parece más difícil de detectar, para abrigar al bebé en invierno, pero no es así; debes fijarte en cada detalle de los llantos de tu bebé, de esta forma aprenderás cuando debes abrigarle, darle de comer, etc.
A través de sus manitas podrás descubrir si siente frío, cuando al tocarlas sientas que, por ejemplo, las tiene heladas. Las piernas y los pies también son claramente importantes para detectar si tu bebé necesita abrigo; y, por último, las orejas. Estas son las tres partes del cuerpo por donde se destemplan y por donde detectar antes si tienen frío.
¿Cómo abrigar al bebé en invierno?
1. En casa: dentro de las viviendas se suele estar más calentito, por lo que puedes ponerle un body, un conjunto de lanita, un pelele o un pijamita de felpa. Si notas que la casa está fría, quizá puedas añadirle una capa más de abrigo, pero sin agobiarle. Si el bebé ya gatea, intenta tener alfombras o poner mantas que le aíslen del frío del suelo.
2. En la calle: cuando vayas de paseo a la calle o con el carrito del bebé tendrá que abrigarle un poquito más: bufanditas, manoplas, abrigo y gorro son fundamentales ante las bajas temperaturas, como suele ocurrir en Navidad. Si no hace tanto frío, el gorro y el abrigo bastan. Por supuesto, siempre el body y alguna prenda de lana encima, al igual que para estar por casa, pero añadiendo el abrigo. Vestirle con capas puede facilitarle quitarle prendas que sobran al permanecer dentro de los comercios.
3. Por la noche: de nuevo, al final del día y de vuelta a casa, llega la hora de irse a dormir. Quizá con un body y un pijamita de algodón es suficiente, siempre y cuando tapes a tu bebé con una sábana y una mantita o colcha. Si el pequeño es de los que se destapan durante la noche, prueba con un pijama-manta más grueso, de felpa por ejemplo.
Consejos para el abrigo del bebé
– «Las capas» en la ropita de tu bebé son una buena estrategia para poder desabrigarle si hace mucho calor o si te encuentras con esos cambios de temperatura tan bruscos que todos conocemos, al entrar y salir de tiendas y comercios.
– Es fácil que enferme ante los contrastes de temperatura, si no estás al quite de ponerle y quitarle prendas para contrarrestarlos, tanto en el coche, en casa como en los centros comerciales.
– Tampoco es bueno abrigarles en exceso: al ser tan pequeños nos cuesta resistirnos al impulso de protegerles y el abrigo forma parte de esta sensación. Si le abrigas demasiado, le harás más vulnerable ante el frío.
– Según los especialistas, la medida correcta es abrigarles con una capa más de la que lleves tú, pues al estar quietecitos en su silla o cochecito de paseo la sensación térmica es mayor. Recuerda, además, que las primeras semanas el bebé pierde calor con mayor facilidad.
– Siempre mide su temperatura tocándole el cuello. Sus manitas, pies y orejas pueden dar lugar a equívoco. Aprende a conocer a tu bebé. Si hace mucho frío, tapa sus orejitas, deben estar siempre protegidas. Lleva siempre algo de ropita de abrigo en la bolsa del bebé, pero recuerda que no debes hacerlo en exceso.
Natalia Hurtado. Profesora Colegio Santa María la Blanca
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