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La matronatación: los beneficios para tu bebé

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La matronación es una forma ideal de que el bebé tome su primer contacto con el agua. La confianza que le proporciona su madre o su padre es fundamental para que se adapte perfectamente al medio acuático y permita al bebé disfrutar de todos los beneficios.

Algunos padres se preguntan cuándo es la edad recomendada para que los bebés comiencen a practicar natación, algo que suele crear confusión, pues no es lo mismo nadar que flotar.

La natación es una de las actividades físicas más completas para el cuerpo y la mente tanto en niños como adultos, ya que se trata de una disciplina deportiva que abarca en un solo ejercicio beneficios cardiovasculares, musculares y resistencia física. Sin embargo, lo ideal es iniciar los cursos de natación sobre los 4-5 años, que es la edad a la que están preparados por su desarrollo muscular y la coordinación psicomotriz. Si durante los años previos ya han ido a la piscina y están acostumbrados al agua, es mejor.

Por tanto, sería a partir de los tres o cuatro años cuando el niño tiene la autonomía suficiente para aprender las técnicas de natación y su aparato locomotor está lo suficientemente desarrollado como para lograr que el niño nade de forma autónoma sin el progenitor en el agua y vigilado por un monitor.

Los beneficios de la matronatación para bebés

Sin embargo, antes de los 4 años, los bebés pueden tomar contacto con el agua mediante la matronatación. El doctor Fernando Baixauli, pediatra del hospital Vithas Castellón, comenta que «la matronatación es el desarrollo de actividades acuáticas con bebés previas a la natación formal, y es apta para niños menores de tres años, pues este ejercicio no implica, -a diferencia de la natación-, que el niño deba aprender a nadar, sino que es una forma de acostumbrase al medio acuático, favorecer el desarrollo de su coordinación motriz y reforzar los vínculos afectivos con sus padres. Además, no se debe llevar al bebé a la piscina antes de los 5 meses, ya que es a esa edad cuando el sistema inmunológico empieza a estar más desarrollado».

«Para los bebés, -subraya el doctor Fernando Baixauli-, sumergirse en el agua no supone un momento traumático, pues han estado durante nueve meses de gestación en un líquido similar». 

Los beneficios físico-emocionales que aporta la matronatación en los bebés son múltiples. «Le ayuda a relajarse, dormir mejor y sentirse más seguro porque aprenderá a flotar, y por lo tanto se siente más libre y empieza a moverse, lo que favorecerá a su coordinación motriz. Además, aumentará el nivel de seguridad: el aprender a flotar y girarse, le dotará de un plus de seguridad para ganar tiempo ante una caída accidental a una piscina», explica el doctor Baixauli.

«Por otra parte, -agrega-, es un extraordinario ejercicio de fisioterapia cardiorrespiratoria, mejorando su oxigenación y circulación sanguínea. A nivel de psicomotricidad hará que su coordinación mejore, y que comience a tener nociones de distancia y desplazamiento y al ser una actividad de contra resistencia pasiva con el agua, con poco esfuerzo logrará que el bebé fortalezca su musculatura».

Estar dentro del agua junto a sus padres y otros niños tiene beneficios en el plano emocional. Según el profesional «empiezan a socializar fuera del ámbito familiar y refuerza el vínculo de confianza con sus padres. También, al estimular la capacidad de juego, en un futuro son niños más predispuestos a aprender».

Precauciones para bebés en el agua

En cuanto a las precauciones a tomar, el doctor Baixauli puntualiza «lo principal es saber que es a partir de los cuatro meses cuando se puede llevar al niño a piscinas siempre habilitadas y que cumplan todas las medidas higiénicas como el control del cloro, y hacerlo de forma progresiva, es decir, empezando las primeras veces con 5/ 10 minutos hasta llegar más adelante a los 30/40 minutos máximo y los padres también deben saber que a pesar de los múltiples beneficios de la matronatación, en ocasiones los bebes pueden padecer de hiperhidratación por la excesiva ingesta de agua, conjuntivitis debido al cloro de la piscina o alguna infección como hongos o diarreas».

Además, hay que tener en consideración una serie de factores como «elegir un horario en el que no le toque comer o dormir o que no esté cansado ni resfriado y evitar las comparaciones con otros niños, ya que cada uno tiene un ritmo de progreso».

Mónica Ramírez Triquell
Asesoramiento: doctor Fernando Baixauli, pediatra del hospital Vithas Castellón

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