Que un niño esté bien es un deseo, y una obligación, de todos los padres. Por este motivo siempre que haya una señal, se despertarán las alertas. Una leve tos, una cara un poco más triste de lo habitual, la presencia de mocos, etc. La preocupación por la salud es un habitual en los progenitores, en especial cuando sus hijos son bebés que no pueden comunicarse con los adultos y no pueden dar más datos sobre lo que les ocurre.
Pero no siempre hay que preocuparse. Conocer un poco más de las situaciones por las que pasan los más pequeños de la casa ayudará a identificar los casos normales. Un ejemplo son las lesiones cutáneas benignas transitorias que terminan yéndose como han venido: sin previo aviso. Además, expertos como los de la Fundación FAROS, del Hospital Sant Joan de Déu, recomiendan a los padres no encender las alarmas y tranquilizarse.
¿Cuáles son estas lesiones?
Los especialistas en dermatología del Hospital Sant Joan de Déu invitan a conocer las lesiones cutáneas benignas que no deben preocupar a los padres. Para ello ofrecen un compendio de las más comunes y que no precisan de tratamiento, aunque eso sí, recomiendan siempre que sea un médico quien determine la situación de estos casos:
– Quistes de lilium. Estas lesiones se aparecen en forma de pequeños quistes de color blanco, amarillento o perlado que se presentan en la cara de los recién nacidos, en espacial en mejillas, la frente y nariz. Su origen se relaciona con una retención de queratina y de sebo.
Esta lesión no precisa tratamiento y suelen desaparecer de forma espontánea en las primeras semanas o meses del bebé. En ocasiones pueden aparecer en la mucosa de la boca, en cuyo caso reciben el nombre de perlas de Ebstein.
– Acné neonatal y eritema tóxico del recién nacido. El acné neonatal se representa en forma de granitos con aspecto inflamatorio y que enrojecen la piel del bebé. Al igual que los quistes de milium, afecta sobre todo a la cara, mejillas y mentón. Tampoco precisa tratamiento y suele desaparecer en las primeras semanas de vida, y a diferencia del acné de la adolescencia, no deja cicatrices.
Por su parte, el eritema tóxico en el recién nacido se trata de una erupción que no aparece únicamente en la cara, sino en todo el cuerpo, y que típicamente evoluciona en brotes. Se representa en pequeños granitos rojizos con un centro blanco que se borran con el pasar de los días, aunque en este caso vuelven a aparecer. No hay que confundir su nombre con una reacción tóxica a alguna sustancia, y no precisa tratamiento.
Los especialistas recuerdan que no hay que confundirlo con la melanosis pustulosa neonatal. Es similar pero, en estos casos los granos son más grandes. Por su parte, la melanosis pustulosa es mucho menos frecuente, y también desaparece en pocos días, pero en su caso puede dejar una pequeña mancha más oscura y descamación de la piel.
– Miliaria. La miliaria se presenta como una erupción de pequeñas vesículas, ampollas pequeñas, de contenido transparente o blanquecino. En este caso no se produce la coloración rojiza de la piel. Se por la retención del sudor en la piel por la obstrucción de los conductos. Este origen se ve favorecida por el calor y el exceso de ropa, por lo que se recomienda a los padres no colocar más prendas de lo habitual y vigilar la humedad del ambiente.
Damián Montero
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