No todo es perfecto en verano. La llegada de este periodo supone un aumento de las temperaturas que es bastante difícil de afrontar por las personas habitualmente. Esta situación se vuelve todavía más complicada en el caso de las madres que dan el pecho a su hijo ya que el calor provoca cambios físicos en su cuerpo que pueden alterar la lactancia y que, por tanto, deben ser tenidos en cuenta.
Saber la influencia del calor permitirá que la madre sepa prevenir estos aspectos y pueda poner remedio a los mismos. Lo primero que hay que conocer es que son dos puntos los que se deben tener en cuenta, por un lado cómo afectan las altas temperaturas a la madre, que es quien da el pecho. Por el otro, qué efectos tiene en el lactante la subida en el mercurio.
El calor y la madre
Los especialistas en lactancia de Top Doctors explican que el calor influye en la madre que da el pecho de dos formas. Por un lado, la subida de las temperaturas y el continuo contacto directo con el bebé durante las tomas hace que la transpiración aumenta y se produce una reducción de la hidratación natural que da lugar a la disminución de leche. La solución está clara: la mujer debe aumentar la ingesta agua o líquidos a lo largo del día.
A la hora de dar el pecho también se deben buscar sitios frescos al resguardo del calor y del sol para realizar las tomas y tener una botella de agua a mano para evitar interrumpirlas por la sed. También es aconsejable colocar una gasa fina entre la piel de la madre y la del bebé para reducir el aumento de temperatura corporal de ambos por el contacto directo y de este modo evitar que se irrite las pieles de ambos.
El segundo aspecto que se debe tener en cuenta en este terreno es que el calor puede provocar en la madre lactante un aumento de la irritabilidad, la apatía y el cansancio. Los niveles de oxitocina aumentan cuando el bebé succiona, provocando mayor sed. Pero los expertos explican que no hay problema en que la madre beba agua o cualquier otro líquido mientras amamanta a su hijo.
Altas temperaturas y lactantes
Para conocer la influencia del calor en los bebés lactantes, lo primero que debe tenerse en cuenta es que el metabolismo de los pequeños es más rápido que el de los adultos y por ello existe un mayor riesgo de deshidratación. En este punto, los expertos aconsejan dar el pecho a demanda, y acortar el tiempo entre las tomas pata evitar que bajen los niveles de agua en los niños.
Hay varios síntomas que indican que el bebé tiene sed, como son los cabeceos o sacar a menudo la lengua y llevarse la mano a la boca. También puede apreciarse la falta de agua en la reducción de la orina o en las micciones concentradas, de más aspecto oscuro y olor más fuerte. Otros indicadores de alarma podrían ser la mayor somnolencia, la irritabilidad, el sudor frío, la pérdida de vitalidad habitual o el aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria.
Ya que el 88% de la leche materna está compuesta por agua, el bebé no necesita agua entre toma y en el caso de tener menos de 6 meses y tomar el pecho a demanda. A partir de los 6 meses, si ya ha se ha introducido otro tipo de alimentación, es bueno ofrecerle este líquido en vaso y no directamente de la botella ni en biberón. A medida que se va haciendo grande y toma más cantidad de alimentos sólidos, habrá que asegurarle una mayor hidratación.
Consejos para la lactancia en verano
Los expertos aconsejan a las familias que vayan a pesar un verano junto a un bebé lactante los siguientes consejos:
– No planificar un calendario turístico apretado en los primeros meses de la lactancia, especialmente durante el primer mes.
– Si se va a realizar un viaje en coche largo, hay que asegurarse parar y amamantar al bebé durante el trayecto. Se buscar una posición cómoda y fresca para los dos, sin prisas.
– En caso de realizar un viaje en tren o en avión, el bebé viajará en los brazos de la madre empleando un cinturón especial. La mujer puede darle el pecho en cualquier momento. Colocar una gasa fina entre la piel de la madre y la del bebé durante la lactancia, para reducir la temperatura corporal de ambos.
– Contar siempre con una botella de agua para evitar interrumpir la toma del pecho por la sed que aparece durante el proceso.
– Si se utiliza ventilador o aire acondicionado, o se está en un local donde tienen ventilación, hay que procurar evitar la exposición del bebé al flujo de aire.
– Vigilar el uso de pañales. Parara controlar que el bebé esté bien hidratado, debe mojar entre 6 y 7 pañales durante el día.
Damián Montero
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