Las pantallas forman parte de nuestras vidas desde hace años. Ahora su presencia es más evidente, y mayor, por la aparición de nuevas tecnologías como smartphone y tablets. Sin embargo, los televisores llevan décadas acompañando a las familias y a sus miembros desde tempranas edades. De hecho, incluso los bebés se convierten en telespectadores, en especial desde el surgimiento de una programación adaptada a ellos.
Toca preguntarse, ¿influye el visionado de televisión a esta edad? ¿Los bebés reaccionan ante lo que ven en estas pantallas? Y, ¿se puede comprobar alguna repercusión en su desarrollo? Varios expertos de la Universidad de East Anglia, Birkbeck y la Universidad de Londres han encontrado una relación entre los contenidos audiovisuales y la evolución del cerebro de los más pequeños de la casa.
Televisión, estimulación sensorial
La premisa de este estudio parte de la base de la diferencia entre los bebés a la hora de buscar una estimulación sensorial visual en estas pantallas. Objetos brillantes, juegos de luces y las imágenes en movimiento son algunos de los elementos que atraen la atención de estos pequeños. «Existen diversas teorías para explicar estas diferencias, algunas proponen que los bebés menos sensibles buscan menos estimulación», señala Teodora Gliga, una de las autoras de este trabajo.
Gliga también agrega que siguiendo esta teoría, los bebés que tienen un procesamiento más rápido de la información, buscan nuevos estímulos con una mayor frecuencia. E este trabajo se ha analizado la actividad cerebral de 48 bebés de 10 meses que fueron expuestos a fragmento de 40 segundos de una película de animación. El objetivo era seguir la respuesta a interrupciones de este contenido audiovisual a través de la exposición de un tablero en blanco y negro en la pantalla.
Mientras los bebés visionaban este fragmento de forma repetida, fueron aprendiendo su contenido. A medida que el vídeo se volvía menos intuitivo por las interrupciones, se esperaba que atrajera menos la atención de los niños. Sin embargo, algunos bebes empezaron a reaccionar ante la presencia del tablero y seguían interiorizando lo que veían en la pantalla, mostrando síntomas de cansancio ante la información anterior.
El resto de niños siguieron viendo el vídeo, incluso cuando no había nueva información que interiorizar. Por otro lado, la información aportada por los padres sobre el consumo de televisión doméstico, mostró que los bebés capaces de cambiar su foco de atención, eran quienes más disfrutaban de contenidos audiovisuales de un ritmo más rápido, incluso seis meses más tarde de la investigación.
Bebés y televisión
«Estos descubrimientos son importantes para el debate actual sobre la exposición temprana a la televisión, porque sugieren que el temperamento de los niños puede impulsar las diferencias en su consumo televisivo», señala Gliga. De esta forma, la autora de este trabajo indica que la exposición a las pantallas no guarda relación y que son las propias características de los niños las que explicarían estas reacciones.
Sin embargo, a los padres les toca recordar la importancia de cuidar el consumo de televisión de sus hijos, incluso desde edades tempranas. Algunos expertos, como David L. Hill, médico de la Asociación Americana de Pediatría, señala el efecto perjudicial que tiene esta pantalla en el desarrollo temprano del cerebro humano ya que a esta edad, es incapaz de darle significado a estos estímulos.
Hasta los 18 meses, el cerebro del bebé es incapaz de entender lo que los símbolos de la pantalla representan o encontrar un equivalente en el mundo real. Se recomienda una mayor interacción con las personas que rodean a los niños: tocar, descubrir los elementos de su entorno, ver caras, escuchar voces, reconocer olores, etc.
Damián Montero
Te puede interesar:
– Así afecta el uso de las pantallas al desarrollo del lenguaje
– Las pantallas y su efecto de frenado en el desarrollo cerebral infantil
– Antes de los dos años, las pantallas no aportan ningún beneficio