La llegada de un bebé al mundo genera una enorme satisfacción en aquellos que esperaron, durante al menos 9 meses, su llegada. Al mismo tiempo, los responsables de su cuidado se encuentran con la tarea de velar por la vida de un recién nacido, un ser humano que necesita de suma atención. Esta no es una labor sencilla, de hecho es de lo más arduo, pero a la vez gratificante que una persona puede hacer.
Para poder desempeñar tal compromiso con éxito, la higiene es fundamental, ya que repercute en la salud del pequeño, por eso, es necesario tener a la mano productos especiales para el aseo en general, tanto del bebé, como del entorno en el que estará.
La delicada piel de los bebés
Para nadie es un secreto que la piel de un bebé es muy sensible, y las prendas que utiliza deben ser lavadas de manera correcta, de lo contrario podrían provocar alergias, sarpullidos e irritaciones severas. Cuando un recién nacido está en contacto con el mundo exterior pasa por un proceso de adaptación en todos los sentidos, y a diferencia de su estadía en el útero materno, donde su cuerpo se encontraba protegido por una capa de células y grasa, al nacer esta capa solo le resguarda durante sus primeras horas de vida. Con el paso de los días, ocurre la renovación de la piel, que inicia con grandes zonas de peladuras, enrojecimiento o escamas, en especial, en las zonas de las muñecas, rodillas y pies.
En algunos casos es posible que se presente el sangrado como parte normal de esta transformación. Una vez concluida esta fase, la piel pasa a ser suave y tersa, y a su vez, resistente y elástica.
Sin embargo, para que todo esto suceda satisfactoriamente es preciso que se tomen en consideración aspectos como la adecuada exposición al sol, la selección de cremas más idóneas, y no menos importante, la ropa que entrará en contacto con el pequeñín.
El cuidado de la ropa del bebé
Mantener la temperatura corporal de los bebés es indispensable para prevenir cualquier mal o enfermedad que pueda afectar su salud, para ello, las prendas de vestir son ideales para protegerlos, las cuales deben estar pulcras e impecables, de modo que su piel conserve su suavidad y firmeza natural, libre de cualquier patología.
Las prendas sucias o que han sido lavadas de manera inadecuada, son hábitat de gérmenes y bacterias, y ya sea que se trate de ropa nueva o usada, la presencia de focos infecciosos siempre es posible, así como, la alta concentración de microorganismos. Aunque la piel tiene como función principal, proteger al cuerpo de factores externos y dañinos que habitan en el medio ambiente, también existe la posibilidad de que se rompa la barrera natural que ocasiona la vulnerabilidad a contagios, en especial a un ser humano tan vulnerable como un pequeño bebé.
Y es que en su estado de aprendizaje, ellos ensucian ropa de forma constante, con regurgitación, babeo, y fugas en los pañales, son las causas más comunes por las que es necesario realizar varios cambios de ropa al día. Ahora bien, el aseo de las prendas es una faena que no debe ser tomada a la ligera, ya que, podría desencadenar efectos nocivos en la salud de los pequeños infantes.
La elección más acertada
Existen incontables consejos sobre el cuidado de la ropa de los bebés, no obstante, es sumamente importante la selección del detergente más acertado. No se trata de usar un detergente para bebé para únicamente limpiar su ropa, sino que se tiene que usar uno que esté libre de conservantes sensibilizantes, como las isoztiazolinonas, los blanqueantes ópticos y los alérgenos presentes en muchos perfumes, ya que pueden desencadenar brotes alérgicos y agravar las erupciones.
Ahora bien, la elección del jabón más acertado debe cumplir con ciertas características tales como ser hipoalergénico y dermatológicamente aprobado, que indique que es recomendado para bebés o para personas de piel sensible, con fragancia ligera, que deje la ropa suave y que proteja las fibras de cada prenda. Este tipo de detergente es el más recomendado por los profesionales de la salud, ideales para proteger y cuidar a los seres más amados.
En definitiva, los bebés son felices al recibir amor, atención y afecto, para crecer física y emocionalmente, pero ejercer controles sobre los factores que generan efectos nocivos para la salud es prioritario. Los padres o responsables son los encargados de garantizar un entorno limpio, que incluye el aseo adecuado de sus prendas de vestir, a fin de evitar alteraciones en su piel tan sensible.
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