El desarrollo de un niño conlleva el aprendizaje de varias rutinas. Desde el momento en que nacen, aunque no lo parezca van interiorizando estas enseñanzas. No solo para adquirir habilidades como el habla, sino un hábito de sueño regular. Poco a poco, los pequeños van haciendo suyos estos hábitos.
¿Cómo establecer estas rutinas en los más pequeños de la casa? Desde el Hospital San Jon de Déu se brindan varios consejos para que desde que son unos recién nacidos, puedan aprender unos hábitos de sueño correcto. De esta forma, los niños aprenderán a dormir cuando toca, facilitando que el hogar pueda establecer horarios correctos y todos se adapten a los mismos ritmos.
Enséñales a dormir bien: los hábitos de sueño
Aunque la misión debe ser establecer una buena rutina de descanso, el sueño de los recién nacidos no puede compararse con el de los adultos. Hasta los cinco meses, el niño duerme igual que lo hacía dentro del útero, es decir, su reloj biológico sigue un ritmo ultradiano (todavía no está sincronizado con la luz solar).
Por este motivo, los bebés suelen dormir durante periodos cortos de tiempo y sin tener en cuenta en qué momento del día se encuentran. Esto se debe a que los recién nacidos todavía no han desarrollado la zona del cerebro donde se encuentra el reloj biológico de los adultos. Por lo tanto, hasta los cinco meses, es normal que las horas de sueño del niño se produzcan tanto de día como de noche, y en ningún caso significa que tenga el sueño cambiado.
Es necesaria mucha paciencia y esperar a que el sueño de nuestro hijo se sincronice con el nuestro. Para alcanzar este fin, hay que recordar que las rutinas son siempre una buena arma para que el bebé duerma por la noche y adquiera unos hábitos de coordinados con los de sus padres. Acostarse siempre a la misma hora y en el mismo lugar, justo después de un baño relajante o de darle de mamar, no acostumbrarle a dormir en silencio y a oscuras durante el día, y comprarle un peluche que pueda asociar con el sueño, son medidas que pueden ayudar a controlar las horas de sueño del recién nacido.
Hay que recordar que la leche materna contiene componentes, sobre todo el triptófano, que ayudan a regular el sueño. Algunos alimentos como el arroz, la soja, las lentejas, los plátanos, los tomates, etc, que aumentan los niveles de triptófano en la leche materna, y por lo tanto, es de gran ayuda si la madre los ingiere.
Rutinas de sueño en niños
Del mismo modo, desde la Asociación Española de Pediatría, AEP, se dan los siguientes consejos para establecer rutinas de sueño en los más pequeños:
– No despertar para comer. Los padres no deben de despertar al bebé para que coma, salvo que se lo indique su pediatra por alguna situación especial.
– Comer despierto. Es importante que el bebé esté despierto mientras come, ya que así empezará a asociar comida y vigilia. Es difícil mantener a los niños despiertos, con frecuencia tienden a quedarse dormidos. Hay que hablarles, hacerles caricias o estimularlos suavemente para que mantengan cierta vigilia. Es conveniente que los padres alimenten al niño, siempre que se pueda, en el mismo lugar, con luz y temperatura agradables.
– Es normal que algún intervalo entre las tomas sea más corto o más largo. No importa, hay que tratar de seguir la misma rutina.
– Problemas con los gases. Si el bebé tiene problemas para echar los gases, es recomendable tenerlo despierto en brazos durante 10-15 minutos después de cada comida, para favorecer su expulsión, pero sin agobiarse. Alguno es que, simplemente, traga muy poco aire.
– Rutina antes del sueño. Se puede comenzar a desarrollar una rutina relajante, tranquila, para realizar todos los días antes de dormir (por ejemplo, baño-masaje-nana, mantenerlo en brazos, hablándole y acariciándolo) y que debe finalizar en el dormitorio.
– Aprender a dormirse solo. Después de cambiarle el pañal, se puede dejar al bebé en la cuna. Lo ideal es dejarlo despierto, pero somnoliento, para que poco a poco aprenda a dormirse solo. Su último recuerdo antes de dormirse debería ser la cuna, no el alimento. Se trata de que perciba la cuna como un espacio familiar nocturno.
Es normal que los niños tarden en dormirse alrededor de 20-30 minutos. No es aconsejable que los padres estén presentes durante ese periodo.
– La noche es para dormir. Es conveniente que las tomas de la noche no sean divertidas, mejor breves y algo aburridas. Se trata de que el niño vaya entendiendo que la noche es para dormir. Cuando se despierte durante la noche para comer, hágalo con poca luz. Si necesita cambio de pañal, se debe hacer estimulándole lo menos posible.
No es recomendable jugar con él por la noche, se deben reservar estas prácticas y otras cosas que lo activen, como las carantoñas y mimos, para los periodos en los que esté despierto durante el día.
– Si el bebé despierta. Cuando el bebé se despierte, espere unos minutos para ver si se duerme de nuevo. Si continúa inquieto o llora, es conveniente cogerlo para tranquilizarlo y darle lo que necesite: pecho, cuidados, afecto.
– El llanto no es igual a hambre. Durante los primeros meses el llanto es el único medio que tiene el bebé para comunicarse. No todos los llantos son iguales, poco a poco madre e hijo se van conociendo y esto permite diferenciarlos.
Damián Montero
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