En el desarrollo motriz de los bebés hay un punto muy importante, antes de aprender a andar, y ese es el gateo. A través de esta actividad los más pequeños comienzan a moverse por el hogar y a ganar una mayor autonomía. Pero, no solo gana esta capacidad para trasladarse en su entorno, sino que además adquieren otras habilidades, como por ejemplo reconocer posibles riesgos y empezar a prevenirlos.
Una adquisición muy importante para cuando ganen más movilidad, como en el momento en el que aprendan a andar. Así lo indica el estudio publicado en la revista Infancy en el que se analizó el desarrollo y la experiencia motriz en el futuro y cómo puede ayudar a prevenir caídas no solo en el terreno físico, sino en otros entornos como son las piscinas. De esta forma, cuanto más se apueste por el gateo, mayor capacidad de reconocer riesgos.
Prevención de riesgos
Los datos de este trabajo implican que cuanto mayor es la experiencia del gateo, mejor capacidad para identificar y evitar riesgos contaban en futuras edades. «Quienes cuidan a los bebés deben ser conscientes del importante papel que juega el gateo en el desarrollo infantil y los beneficios de favorecer las situaciones de gatear para sus bebés. Al tocar el suelo y mirarlo de cerca, los bebés aprenden a distinguir las superficies seguras de las inseguras para moverse y comienzan a evitar caídas, dentro del agua o no», señala Carolina Burnay, autora principal de este trabajo.
Burnay añade que «proteger excesivamente a los bebés al limitar sus habilidades locomotoras no los mantiene seguros, sino que retrasa el desarrollo e la percepción de situaciones de riesgo». Y es que según las conclusiones de este trabajo la diferencia entre los bebés que eran capaces de distinguir riesgos era la experiencia de gateo que poseían previamente. De esta forma se confirma que estos movimientos cuentan con grandes beneficios para los más pequeños.
El gateo en los niños
Los beneficios del gateo no solo se traducen en la capacidad de reconocer riesgos, sino que brinda otros muchos a los más pequeños, tales como los que señalan desde el Instituto Valenciano del Pie:
– Gatear ayuda a entrenar la visión. La autonomía que permite a los bebés el poder gatear significa que pueden relacionarse más con su entorno. Esto significa que pueden explorar el mundo que les rodea y para poder explorar necesitan ejercitar y perfeccionar el sentido de la vista. Al gatear aprender a enfocar a cortas y largas distancias. Y muy relacionado con explorar el mundo que rodea a un bebé encontramos que el gatear les permite perfeccionar la coordinación óculo manual. Al gatear el bebé es capaz de determinar y establecer la distancia entre las manos y los objetos para poder asirlos y manejarlos.
– Gatear mejora su confianza, el poder explorar el mundo de les rodea mejora su confianza en sí mismos y su autoestima. El poder utilizar su cuerpo para comunicarse con otros seres vivos y poder resolver problemas como salir de una habitación, mejora su confianza.
– Gatear mejor el sistema del equilibrio del niño. La postura del gateo permite desarrollar antes el sistema vestibular del bebé y tendrá conocimiento de donde están las diferentes partes de su cuerpo.
– Gatear mejora la tactilidad de la palma de la mano del bebé. El poder desplazarse permite al niño alcanzar nuevos objetos y reconocerlo. Es importante por ello dejar a su alcance juguetes de variadas formas y coloridos para incentivar el desarrollo de la motricidad fina.
– Gatear mejora su desplazamiento. El poder moverse con libertad obliga al niño a fijar patrones de movimiento y establecer pequeñas rutas para llegar a su objetivo.
– Gatear tonifica los músculos del niño y a su vez, la columna. Esto le ayudará a permanecer erguido cuando abandone la fase del gateo para ponerse en pie.
– Gatear aporta beneficios neuronales. Gatear ayuda a conectar los hemisferios cerebrales creando rutas de información cruciales para la maduración de las diferentes funciones cognitivas necesarias en el desarrollo del niño.
Damián Montero
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