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Frenos a la psicomotricidad infantil: abuso de tronas, sillas y dispositivos

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Para tener a los niños controlados, los padres nos ayudamos de numerosos accesorios de bebé que nos permiten estar tranquilos cuando queremos hacer algo que no podemos llevar a cabo con nuestro bebé. Los más recurrentes son la trona, la silla de paseo, y como no, los dispositivos electrónicos.

Y es que no hay nada mejor para nuestra tranquilidad que tener a nuestros hijos entretenidos con una tablet o bien sujetos en su silla de paseo o en su trona para no estresarnos demasiado poniendo lavadoras, recogiendo la casa, preparando algo de comida o contestando a unos mensajes urgentes que no podemos posponer.

Sin embargo, evitar hacer un uso abusivo de estos accesorios de bebé que nos permiten un control de los niños es fundamental porque suponen un freno a la psicomotricidad de los niños.

El abuso de la trona, la silla de paseo y los dispositivos

La trona. Está asociada principalmente a los momentos de comida para bebés y los niños recién estrenada su etapa en Infantil. Suele ser un recurso bueno para que el niño pueda permanecer ahí mientras se recoge la cocina o se hacen otro tipo de tareas del hogar.

No está mal que el niño sepa estar cierto tiempo sentado en la trona y que incluso podamos darle la oportunidad que juegue, en la mesa, con cuentos o ciertos muñecos que le hagan estar entretenido. Pero, una vez más, utilizarlo de manera frecuente durante periodos de tiempo muy prolongados limita el desarrollo del niño a nivel motriz. Habría que alternarlo con las mismas actividades que hemos mencionado anteriormente.

Hay otro tipo de elementos que se pueden utilizar durante este periodo y que desde un punto de vista educativo y de desarrollo no se consideran nada recomendables. Son unos recursos que en lugar de favorecer el desarrollo psicomotriz tienden a limitarlo e incluso a desarrollar ciertas posturas físicas no positivas para el niño. Es el caso de los andadores, arneses de sujeción…

El abuso de la trona

La silla de paseo. Es conveniente que contemos con momentos en los que el niño pueda moverse sin necesidad de utilizarla como único recurso. La silla de paseo es muy útil para salir con nuestro bebé e imprescidible durante casi el primer año de vida, pero a partir del momento en que el niño empieza a gatear y dar sus primeros pasos, los padres debemos contar con tiempo y paciencia para bajarle de la silla de paseo.

Además tenderá a entretenerse con todo lo que vaya encontrando por el camino. Esto, que para nosotros puede resultar en algún momento desquiciante, es muy positivo porque están descubriendo el mundo. Como es una actividad que requiere tiempo, no podremos llevarla a cabo de manera muy constante, pero sí hay que intentar buscar momentos para propiciarla.

Conforme vayamos facilitándoles tiempos para caminar por sí solos irán desarrollando más esta faceta, la llevarán a cabo con mayor soltura y así conseguiremos crearles el hábito de caminar de manera independiente y autónoma. A partir de los dos años ya no necesitaremos tanto la silla si pensamos en el buen desarrollo del niño y no tanto en nuestra comodidad.

Televisión y dispositivos digitales. Representan el mayor freno a la psicomotricidad en los niños pequeños. En ocasiones, los padres abusan de los efectos tranquilizadores de estos instrumentos que acaban por generar niños sedentarios que descartan el movimiento. Más allá de las consecuencias físicas como la obesidad infantil, se está limitando el desarrollo neurológico de los niños.

María Campo. Directora NClic

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