Si hay algo que caracterice al ser humano es su lado social. Y para relacionarse es necesario contar con un sistema de comunicación. El lenguaje es una de estas herramientas con las que contamos para decirnos lo que pensamos, expresar nuestras ideas y transmitir nuestros sentimientos. De hecho, desde las edades más tempranas, se puede estimular esta destreza inherente a cada persona.
Desde el Grupo Olmitos se indica que son los padres quienes deben estimular el lenguaje de sus hijos desde que son pequeños. Hay que aprovechar esta etapa temprana para garantizar un desarrollo óptimo de la comunicación. Comenzar desde que son bebés es una buena idea para garantizar los mejores resultados y conseguir que los pequeños dominen esta habilidad, no solo a nivel verbal, sino también para transmitir sin palabras.
¿Cómo estimular el lenguaje en la primera infancia?
Estos son los consejos que brindan los profesionales para estimular el lenguaje entre los 0 y los 12 meses:
– Mantener el contacto ocular con los bebés.
– Prestarles el 100% de la atención mientras se trabaja en la estimulación de su lenguaje.
– Usar tonos melódicos con la voz y realizar cambios en la entonación durante el discurso.
– Interpretar lo que quiere comunicar el bebé para que entienda que puede intercambiar mensajes con sus propias señales.
– Prestarles atención cuando pide atención.
– Estimular con canciones a la hora que se le habla.
– Trabajar el seguimiento visual. Colocarse a la altura de sus ojos y que pueda comunicarse, con la vista, con sus padres.
– Recurrir a la ayuda de onomatopeyas para despertar su capacidad de atención auditiva.
– Empezar a usar fórmulas que contengan mensajes, por ejemplo, «agua» para cuando quiera beber, o «pis», cuando quiera ir al servicio.
– Identificar el nombre de los objetos a su alcance para que esté relacionado con las palabras que componen el idioma que está aprendiendo.
– Usar apoyos visuales para reforzar lo que se le está diciendo y facilitar su expresión y comprensión.
– Dejarle tiempo para responder y no presionarle para que conteste en pocos segundos.
– Contarles un cuento antes de dormir y darles protagonismo, permitiéndoles que se expresen mirando los dibujos que se les muestra.
Damián Montero
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