El desarrollo de los más pequeños de la casa pasa por varias etapas, desde que nacen hasta que se hacen mayores y abandonan el hogar (incluso en esos momentos siguen aprendiendo). Si bien deben ser ellos mismos quienes descubran la mejor vía para hacer las cosas, los padres pueden aportar su granito de arena, ayudando a través de la estimulación en distintas áreas.
Un ejemplo es el movimiento de los bebés. Hay que tener en cuenta que a esas edades los niños no son conscientes de su cuerpo y del potencial que tienen, pero poco a poco irán descubriendo cómo usarlo a su favor. En este sentido, los padres pueden ayudar, como ya se ha dicho, mediante la estimulación. Una meta para la que desde el Ministerio de Salud de España se brindan los siguientes consejos.
Pautas para estimular el movimiento del bebé
Antes de desglosar por distintas áreas, desde el Ministerio de Salud se brindan algunos consejos generales:
– Lo más importante es fomentar el movimiento, el juego activo y disfrutar.
– La selección de los ejercicios atendiendo a los diferentes grupos de edad es orientativa y flexible.
– Es importante realizar los movimientos con suavidad, sin forzar las articulaciones.
– Se proponen ejercicios que pueden realizarse 2 ó 3 veces a lo largo del día, en intervalos cortos de tiempo (no más de 5 minutos), siempre incentivando la diversión hacia este tipo de tareas, y nunca forzando al bebé cuando no esté predispuesto.
– Comenzar con los ejercicios que más se adecúen a su grupo de edad, teniendo en cuenta que cada niño y niña tiene un desarrollo diferente.
Ejercicios para estimular al bebé
– Movimientos pasivos de brazos y piernas. Con el bebé tumbado boca arriba, colocar las manos en las plantas de los pies y realizar movimientos de piernas llevando las rodillas al pecho (las dos al mismo tiempo o alternas).
Con el bebé tumbado boca arriba, cogerle de las manos y realizar movimientos con los brazos (por ejemplo en círculos o juntando los brazos en el pecho).
– Partiendo del reflejo de prensión, con el bebé tumbado boca arriba, poner los pulgares en las manos del bebé, para que los presione, a la vez que se le eleva ligeramente.
– Tumbar al bebé sobre las piernas, y desde ahí estimularle a que mueva la cabeza a un lado y a otro, con la ayuda de un objeto o estímulo para que dirija la mirada hacia diversas trayectorias.
Damián Montero
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