Son muchas las preguntas que se agolpan en la cabeza de los padre cuando su hijo nace antes de tiempo. Que un niño llegue a este mundo de forma prematura hace que los riesgos que amenazan su integridad sean mayores. Por este motivo, hay que incrementar los cuidados para asegurar que nada malo le ocurre.
Cuidados que no sólo deben centrarse en lo básico ya que como asegura un grupo de profesionales del Instituto Hispalense de Pediatría, IHP, el entorno en donde se desarrolla el bebé prematuro juega un papel muy importante en la supervivencia del mismo. Asegurarle un lugar sin mucho estrés ni sobresaltos ayudará a que estos niños eviten numerosos riesgos.
Desarrollo neurosensorial
Este grupo de expertos explican que todos los cuidados de los padres deben estar enfocados a asegurar el correcto desarrollo de los bebés prematuros. Al no haber cumplido los plazos de gestación, algunas funciones de estos niños no están completas, motivo por el cual hay que trabajar porque estas lleguen a estar operativas.
Especialmente aquellas relacionadas con las funciones neuronales ya que este menor desarrollo hace que el niño no tenga plenas capacidades y no pueda defenderse plenamente. Para favorecer el crecimiento de estas funciones, se han de cuidar numerosos aspectos en la vida del prematuro, como por ejemplo el entorno en el que vive este pequeño.
Este entorno debe reducir al mínimo los niveles de estrés y apoyar al recién nacido, haciendo que la familia funcione como una unidad. Para ello, deben tenerse en cuenta varios aspectos como el ruido, la luz, la postura, etc. Los miembros del hogar deben volcarse tanto como les sea posible en los cuidados del prematuro y participar activamente en todo lo relacionado con su hijo.
El entorno del bebé prematuro
El sistema nervioso del recién nacido prematuro sigue en desarrollo aun después de nacer, por lo que hay que interferir lo menos posible en este proceso. Según los especialistas de IHP, para ello hay que mantener «un ambiente lo más parecido posible al útero materno, intentando evitar estímulos como el ruido, la luz, o el dolor y manteniendo otros como la postura, el olor de la madre, el sonido de las voces de los padres o el contacto piel con piel».
Obviamente cada recién nacido tiene unas necesidades específicas en función del momento en el que se encuentra de su desarrollo y en base a sus características personales. «Nosotros podemos interpretar algunos signos como constantes vitales y comportamiento que nos ayuden a reconocer estas necesidades y ajustar nuestros cuidados a ellas», explica la responsable de la Unidad de Neonatología del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, María Dolores Gómez Bustos, quien añade que la «importancia del entorno familiar es fundamental, en un contexto inmediato, para el desarrollo del niño prematuro». Un asunto que debe cobrar cada vez más importancia dado que es aquí donde pasará gran parte de su tiempo este bebé.
Damián Montero
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