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Dialogar con el bebé, por qué no es una mala idea

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Aunque no entiendan lo que les decimos, a los bebés hay que hablarles.

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Aunque no sepan hablar, si que se comunican. Los bebés aun no dominan las destrezas del lenguaje oral, pero tienen otras formas de hacer saber a los padres cómo se sienten. Por eso no es ninguna mala idea dialogar con ellos, hacerles saber que sus progenitores están ahí atendiendo a lo que les ocurre e ir creando un vínculo a través de estas actitudes diarias.

Además, tal y como informan desde la Fundación Nemours, es otra buena opción de ir haciendo que lo bebés se vayan acostumbrando a la voz de sus padres y los tengan como personas en las que confiar. En definitiva, aunque pienses que no te escuchan, y no entiendan el mensaje que le das a tus palabras, hablar con los más pequeños no es una mala idea.

Cómo se comunican los bebés

Antes de hablar a los niños, hay que saber qué nos están contando. Algo para lo que es muy importante saber cómo se comunican los mismos. Todo recién nacido se comunica a través del llanto hasta que adquiere otros mecanismos. Por lo general, cuando un niño de esta edad llora indica que algo va mal: estómago vacío, un pañal mojado o sucio, pies fríos, cansancio, necesidad de de que lo cojan en brazos y lo abracen, etc.

Atendiendo a cada situación, los padres pueden ser capaces de reconocer qué necesidad está expresando su bebé a través del llanto y reaccionar de acuerdo a ella. Aprender a reconocer todas estas formas de comunicación es gratificante y puede reforzar el vínculo con su pequeño. Además, si los adultos consiguen descifrar lo que sus hijos dicen mientras lloran, podrán empezar a introducir palabras en sus respuestas de forma que el recién nacido comienza a relacionarlas con el estado de calma posterior a sus requerimientos.

Además un recién nacido es capaz de reconocer y distinguir entre el sonido de la voz humana y otros sonidos ambientales. Por ello es muy importante prestar atención modo en el que los bebés responden al tono y a los distintos mensajes que lanzan los padres, que ya asociará a todas las atenciones que usted le brinda: alimento, calor, caricias.

Desde el primer momento

Los especialistas de esta Fundación explican que tan pronto se tenga al bebé en brazos, después del parto, comience la comunicación. Un diálogo que debe producirse mediante el intercambio de miradas, sonidos y contactos. Los recién nacidos aprenden rápidamente cosas sobre el mundo a través de los sentidos, ¿qué mejor forma de hacerse notar que haciendo que la voz de los padres se convierta en algo habitual para ellos?

Siempre que exista ocasión, los padres deben hablar. Aunque los hijos todavía no entiendan lo que se les dice, una voz calmada y tranquilizadora le trasmitirá la sensación de seguridad.

Comunicarse con un recién nacido se enmarca en la tarea de colmar sus necesidades. Responda siempre a los llantos de su recién nacido, ya que es imposible malcriar a un bebé tan pequeño por dedicarle atención. Desde este organismo se explica que a estas edades lo que se hace al contestar a estos reclamos es calmar hambre, miedo, etc. nunca se concede capricho.

Damián Montero

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