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¿Cuáles son las etapas del apego en tus hijos?

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El apego no aparece de la noche a la mañana, requiere de todo un proceso con sus fases propias.

El apego no aparece de la noche a la mañana, requiere de todo un proceso con sus fases propias. – ISTOCK

A modo de síntesis, podríamos decir que el apego forma parte de la relación entre los seres humanos. En el caso de la familia, este vínculo es muy importante ya que es el «culpable», entre otros factores, de que los niños se sientan en un entorno seguro y que cuenten con la confianza necesaria para contar los problemas, o crear una conexión a largo plazo.

Psicólogos como Joh Bowlby han profundizado en el apego, estudiándolo más a fondo para conocer las características del mismo, así como su desarrollo y evolución dentro de la familia. Los profesionales de Awen Psicología invitan a los padres a conocer, un poco más cómo se crea este vínculo en el seno del hogar, así como sus etapas y características principales.

Características del apego

Atendiendo a la definición del apego, según Bowbly, se pueden interpretar tres características fundamentales:

– Cuando un niño posee plena confianza en su criador, y en que este siempre esté disponible, será menos probable que este experimente miedo.

– La confianza se construye durante la primera infancia y la adolescencia, pasando por distintas etapas críticas en el desarrollo de todo ser humano.

– La construcción se basa en la experiencia personal. Cada niño tendrá unas experiencias distintas en función al comportamiento de sus padres y la presencia de los mismos a lo largo de su crianza,

Etapas del apego

Como se ha dicho, la evolución del apego se desarrolla durante varias etapas. Estas son las cuatro que se identifican:

– Fase del preapego. Esta primera etapa tiene lugar durante las seis primeras semanas de vida humana. El niño acepta sin problemas a cualquier persona que sea capaz de ofrecerle un entorno de confort. Por ello, es normal que el bebé no demuestre preferencia por ningún familiar. Durante esta fase, el pequeño demostrará conductas que le permiten conseguir la atención de quienes los rodean.

– Fase de la formación. Pasadas las seis primeras semanas, y durante los ocho meses siguientes, en esta etapa se forma el apego y se manifiesta la angustia por separación cuando el niño pierde contacto con los adultos. Todavía el niño no presta especial atención a la ausencia materna, ni tampoco rechaza las interacciones con desconocidos.

Esta etapa se caracteriza porque el niño comienza a ajustar su conducta de manera que ofrece una respuesta más clara a la hora de interactuar con el cuidador.

– Fase de apego. A partir de los seis, u ocho meses, es cuando se manifiesta el vínculo de apego. Una muestra clara es que cuando el niño se separa de su madre, experimenta un enfado. Al mismo tiempo, demuestra un rechazo ante los desconocidos, a quienes identifican como amenazas. Es habitual que también, durante esta etapa todas las acciones del bebé se encaminen a obtener la atención de sus padres.

– Fase de relaciones recíprocas. En esta etapa, que comienza a partir de los 24 meses, el niño ha aprendido que la ausencia de sus padres es temporal. Por ello, es capaz de calmar la ansiedad al estar lejos de ellos. Por otra parte, los hijos son capaces de crear representaciones mentales de los progenitores, haciendo más llevadera la espera.

Al terminar esta última etapa, la relación afectiva es sólida tanto por parte de los padres, como de los niños.

Damián Montero

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