El cuidado de la salud del bebé es uno de los grandes quebraderos de cabeza de los padres, en especial de los primerizos. Uno de los momentos que más puede impresionar es cuando los primerizos comienzan a regurgitar. ¿A qué se debe esta situación, hay que preocuparse? El doctor Julio Maset, médico de Cinfa, aclara una serie de dudas sobre por qué los hijos hacen esto a estas edades.
Maset indica que la regurgitación es un fenómeno que sucede en casi todos los recién nacidos y se produce cuando la leche ingerida regresa del estómago al esófago (el tubo muscular que transporta los alimentos y líquidos desde la boca). En ocasiones, incluso, puede aparecer en los labios de los pequeños en forma de eructo húmedo, mientras que en otras ocasiones permanece en esta zona del cuello.
¿Cuál es la causa de la regurgitación en bebés?
Generalmente la regurgitación se produce cuando el lactante come en exceso, o traga demasiado aire mientras toma el pecho el biberón. Ya que su sistema digestivo no está completamente desarrollado, se genera este movimiento de reflujo. Hasta que no se alcanza la plena madurez en este sentido, la abertura o anillo muscular que separa estómago y esófago no se cierra por completo tras el paso de los alimentos.
En los bebés de pocos meses este músculo está inmaduro, por lo que puede abrirse fácilmente, lo que hace que el bebé regurgite la leche, en especial cuando está lleno. También puede suceder si el niño tragó demasiado aire al alimentarse. Por último hay que destacar que es más fácil que los pequeños regurgiten alimentos líquidos, como la leche, que otros sólidos.
La regurgitación es algo común hasta el sexto o séptimo mes del bebé y empieza a disminuir después. Se suele resolver por sí solo entre el año y año medio de edad, y no necesita tratamiento al no afectar al bienestar del pequeño. No suele constituir un motivo de preocupación, ni tampoco quiere decir que el bebé presente una intolerancia o alergia alimentaria.
¿Cómo reducir la regurgitación en bebés?
Estos son algunos consejos para ayudar a reducir la regurgitación en los lactantes:
– Mantener al bebé erguido. Tanto mientras se le alimenta, como durante los quince o veinte minutos posteriores, habrá que mantenerlo incorporado y no acostarlo antes de la media hora después de la toma.
– No esperar a que tenga hambre para la toma. De esta manera, se evitará que tenga ansiedad y trague demasiado aire al comer.
– No alimentarlo en exceso. Solo hay que darle la comida que necesita, tanto si su alimentación es mediante lactancia o con leche artificial. Por otra parte, es conveniente que si la mamá es lactante, vacíe un pecho antes de comenzar con el otro, ya que la leche del final de la toma es más espesa, lo que previene la regurgitación.
– Si toma biberón, decantarse por una tetina con un agujero del tamaño adecuado ya que si este es demasiado grande, la leche puede salir demasiado rápido y, si es pequeño, pueden llegar a formarse burbujas de aire que el pequeño ingerirá.
– Durante la toma y tras esta, hacerle eructar. Ayudar suavemente al bebé a expulsar el aire que ha ingerido puede favorecer que no se le acumule en su estómago.
– Elevar un poco el cabecero de la cuna. Para ello, se puede poner bajo el colchón una toalla enrollada, una manta o una almohada.
– Evitar los juegos activos tras la alimentación. Hay que darle tiempo para que su estómago se asiente tras la alimentación, ya que los movimientos bruscos durante los minutos siguientes podrían desencadenar la regurgitación.
Damián Montero
Te puede interesar: