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De la cama a la cuna, ¿cuál es la mejor edad?

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¿Cuál Es El Mejor Momento Para Dejar La Cuna?

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Aprender a hablar, dar el primer paso, empezar a leer. Son muchos los momentos que marcan la vida de los más pequeños y que suponen un cambio importante en su desarrollo. Si bien no se sabe con certeza cuándo sucederán estos eventos, sí que se pueden tener pistas sobre estos acontecimientos.

Otro ejemplo de este tema es el paso de la cuna a la cama, evento que concede autonomía a los más pequeños. Una transición que no tiene una edad concreta y que es señal de que se hace mayor. Por ello, desde la Fundación Mapfre se ofrecen varios consejos con el fin de reconocer el mejor momento para poder tratar esta transición.

El mejor momento para el cambio

El paso de la cuna a la cama no se rige por inamovibles o está determinado a una edad precisa. La mayoría de los padres creen que es momento de hacer el cambio entre los 18 meses y los tres años y medio. Muchas veces, lo que les impulsa a hacerlo es la sensación de que la cuna de bebé le queda pequeña.

Aunque el niño quepa, ya no duerme tan cómodo como antes, sobre todo si se mueve mucho por la noche. Además, es peligroso porque podría hacerse daño al golpearse con la cabecera o los laterales. En otras ocasiones, son los hijos quienes manifiestan si está preparado o no para el cambio y suele hacerlo alrededor de los tres años.

Muchos pequeños, en especial los que tienen hermanos mayores, suelen dar este gran paso incluso antes de los dos años. Un indicativo de su deseo de imitar todo lo que hacen sus hermanos mayores. Se sienten más estimulados a subir este gran escalón hacia la independencia.

Cómo facilitar la transición

Desde la Fundación Mapfre se ofrecen los siguientes consejos con el fin de facilitar la transición de la cuna a la cama:

– Mientras sigue durmiendo por la noche en su cuna, dejar que juegue o duerma la siesta en la cama, hasta que se sienta más seguro en ella y haga el cambio definitivo.

– Explicarle los motivos del cambio, valorando siempre su crecimiento y su tamaño.

– Procurar situar la nueva cama en el mismo lugar en el que estaba la cuna.

– Mantener algún juego de cama o mantitas de la cuna para fomentar la seguridad del niño hacia «lo viejo conocido».

– Colocar una barandilla o barrera protectora en la camapara evitar que se caiga al suelo si se mueve mucho por la noche. La barrera debe tener un lugar libre para salir y entrar por si el niño quiere ir al lavabo.

– Dejar que escoja el modelo de cama, las sábanas y los adornos.Puede elegir el color o el estampado con su personaje favorito.

– Se puede celebrar el «día del cambio de cama» para motivar al niño y recordarle que se «hace mayor».

– Tener en cuenta que existen camas específicas para niños pequeños con la apariencia de una cama normal y que pueden incluso disponer de barandillas protectoras o bien estar decoradas o tener la forma de un coche, un tren…

– Dejar que duerma con su muñeco, mantita o el juguete con el que dormía en la cuna.

– Mantener un hogar seguro, ya que el niño es capaz de levantarse y deambular por la casa a sus anchas.

Damián Montero

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