Todo padre y madre desea que el parto se produzca de forma natural y que no exista ninguna complicación durante el alumbramiento. Sin embargo, en ocasiones los planes no salen del todo bien y los médicos se ven obligados a intervenir como es el caso de las cesáreas. Una operación con la que los especialistas extraen al bebé del vientre de la mujer a través de una incisión.
Una situación que si bien no es deseable, ayuda a prevenir complicaciones mayores. Como en cualquier intervención quirúrgica, el estado de la madre tras esta concepción no es el mejor y el bebé también requerirá determinados cuidados. Desde la Asociación Española de Pediatría, AEP, recomiendan utilizar el piel para aprovechar los beneficios que reporta tanto a la mujer como al recién nacido tras la cesárea.
Beneficios del piel con piel
Desde AEP se destaca que los beneficios del contacto piel con piel entre la madre y el recién nacido están ampliamente demostrados:
– Favorece la transición y la adaptación del bebé a vivir fuera del útero
– Mejora el vínculo afectivo entre la madre y el niño
– Fomenta la lactancia materna
– Aumenta la secreción de una hormona, la oxitocina, que estimula la salida de calostro (la primera leche que producen las mamas) y las contracciones uterinas
El contacto piel con piel precoz se recomienda en las cesáreas siempre que las condiciones de la madre y del bebé lo permitan. El procedimiento propuesto comienza antes de entrar en el quirófano e incluye la adaptación del quirófano, de manera que quede espacio suficiente para que la madre pueda acoger al niño durante la intervención.
El contacto piel con piel en las cesáreas es una práctica beneficiosa y segura. Un protocolo consensuado entre los servicios implicados favorece su aplicación habitual, para conseguir un entorno similar al que se produce tras un parto vaginal, pero sin olvidar que se trata de una intervención quirúrgica. La implicación del personal es imprescindible.
Otros beneficios del piel con piel
El contacto piel con piel no solo se recomienda en los casos de cesárea, también en otros partos. Estos son los beneficios reportados por los especialistas:
1. Favorece el establecimiento del vínculo madre-hijo. Tras nueve meses juntos, en el momento del parto, madre e hijo establecen entre ellos por primera vez un vínculo afectivo que marca en cierta medida su relación en etapas sucesivas. Por eso, el mejor momento para que se establezca ese vínculo es justo en el instante del nacimiento, cuando madre e hijo tienen contacto físico por primera vez e inician una fase de apego que estará presente a lo largo de la infancia.
2. Facilita la lactancia materna. Situar al bebé encima de la madre nada más nacer favorece una succión espontánea y efectiva por parte del recién nacido que facilita la lactancia materna. El contacto piel con piel facilita la subida de la leche gracias al estímulo que ejerce el bebé sobre el pecho.
El bebé, por sí solo, realiza la succión al pecho facilitando así la siguiente toma y presenta así un menor tiempo para comenzar con una lactancia efectiva que otros bebés situados junto a la madre pero sin contacto físico, los cuales encuentran luego más dificultades en el momento de realizar esa primera toma.
3. Permite la regulación térmica del bebé. El contacto piel con piel mantiene la temperatura del bebé. Cumple así la función de facilitar la regulación térmica de tal forma que la temperatura del recién nacido permanezca siempre en un rango seguro. Esta función hace que los recién nacidos colocados en contacto piel con piel con su madre se encuentren con una temperatura corporal significativamente más cálida que los bebés colocados en una cuna.
4. Disminuye el tiempo del llanto del bebé. El recién nacido que tiene contacto con su madre piel con piel nada más nacer llora durante menos tiempo que aquel que es separado de su madre desde el principio. El llanto se presenta en estas ocasiones en los recién nacidos como una forma de queja para regresar con su madre de la que le acaban de separar.
5. Disminuye la ansiedad materna y el estrés del bebé. El parto es un momento de estrés tanto para el niño como para la madre. Estar piel con piel disminuye en buena medida ese estrés permitiendo a ambos estar más relajados e ir disminuyendo los altos niveles de tensión propios del momento del parto.
Damián Montero
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