La llegada de un bebé es un proceso largo y que mayores dudas pueden generar a los padres. Algo que se vuelve más evidente en el caso de los partos prematuros, que precisan de mayor cuidado del resto. Son muchos los riesgos a los que se enfrentan estos niños y no solo tras el nacimiento, sino que a medio plazo pueden alterar la vida de estos pequeños.
Según un estudio publicado en The BMJ las complicaciones de un parto prematuro se pueden extender hasta los 10 años de los niños, aumentando las posibilidades de que el menor pueda ser ingresado en un hospital. Datos extraídos del análisis de más de un millón de niños nacidos entre 2005 y 2006 y que fueron seguidos hasta que cumplieron en torno a los 9 años.
Riesgos del parto prematuro
Los datos de este análisis tuvieron en cuenta la cantidad de ingresos hospitalarios durante estos años y si había alguna relación con el momento en el que había nacido el niño. Tras haber descartado otros elementos de riesgo, se encontró que la estancia en estos centros se relacionaba con la edad gestacional registrada en el momento del alumbramiento.
En comparación con los niños que nacieron tras 40 semanas de gestación, los niños que denominados como «extremos prematuros» (menos de 28 semanas) tenían un nivel de ingresos más altos a lo largo de su infancia. Al mismo tiempo, aquellos que habían nacido durante la semana 39 presentaban una tasa más alta hospitalización a lo largo de estos.
Las causas de ingreso más habituales eran las infecciones, aunque también se registraron otras afecciones respiratorias y gastrointestinales en los primeros dos años. Eso sí, con el paso de los años y el desarrollo pleno de los niños el riesgo de permanencia en el hospital se reducía hasta equipararse con los nacidos a término.
Cuidados del bebé prematuro
Como ya se ha dicho, la llegada de un bebé prematuro hace que los padres tengan que tener en cuenta una serie de cuidados con el fin de preservar su salud. Desde la Academia Americana de Pediatría indican los siguientes:
– Pasar todo el tiempo con los bebés prematuros en la sala de recién nacidos de atención especial, en la medida que la situación lo permitan. Algunas técnicas como el «método canguro» (o contacto piel a piel) con sus los recién nacidos se recomiendan.
– Seguir las recomendaciones del médico para la alimentación del recién nacido prematuro. En algunos casos pueden ser necesaria la administración de líquidos por vía intravenosa o a través de una sonda de alimentación que pasa por la boca o la nariz hasta el estómago.
Sin embargo, la leche materna es la mejor nutrición posible y proporciona anticuerpos y otras sustancias que aumentan su respuesta inmunitaria y lo ayudan a combatir infecciones. En algunos casos, si a su bebé prematuro le resulta muy difícil tomar del pecho, para ello nada mejor que extraer el alimento de la mama y administrarlo a través de un biberón.
– Visitar regularmente al pediatra para controlar el desarrollo del bebé y si ha aparecido algún problema de salud.
Damián Montero
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