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Bebés prematuros: en el límite de supervivencia

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Hoy por hoy, el límite de supervivencia se encuentra en las semanas 24-25, lo que implica intentar sacar adelante a un bebé de unos 500 gramos de peso. Cada vez son más los niños nacidos en estas condiciones (en la actualidad cerca del 8 por ciento de los nacimientos son prematuros.

Aproximadamente hace cuatro décadas, tan solo uno de cada diez niños que nacían antes de tiempo lograban sobrevivir. Hoy, en cambio, prácticamente el 95% de los niños prematuros consiguen salir adelante. Para lograr sobrevivir, estos pequeños necesitan cuidados especiales y un riguroso seguimiento médico.

Se consideran niños prematuros a aquellos bebés nacidos antes de las 37 semanas de gestación y cuyo peso es inferior a 2,500 Kg. Al haber nacido antes de completar su ciclo de crecimiento, son más pequeños y la mayoría de sus órganos se encuentran bastante inmaduros. De ahí, precisamente, suelen derivarse la mayoría de las complicaciones que suelen padecer en sus primeros meses de vida.

Límite de supervivencia de los bebés prematuros

En estos casos, las semanas de gestación son determinantes. No es lo mismo un niño nacido en la semana 36 (un embarazo a término consta de 40 semanas), que un pequeño nacido en la semana 32. Hoy por hoy, el límite de supervivencia se encuentra en las semanas 24-25, lo que implica intentar sacar adelante a un bebé de unos 500 gramos de peso.

Las causas por las que se interrumpe una gestación antes de tiempo son muy diversas. Entre los factores más determinantes podemos destacar las siguientes: La corta edad de la madre (menos de 20 años), el tabaquismo, estrés, el consumo de drogas o alcohol, ciertas anomalías del útero, infecciones de la vagina o las vías urinarias, enfermedades contagiosas contraídas durante el embarazo (la malaria, la tuberculosis, hepatitis…), embarazos muy seguidos y numerosos…

Sean cuales sean las causas de estos nacimientos prematuros, lo cierto es que cada vez son más los niños nacidos en estas condiciones (en la actualidad cerca del 8 por ciento de los nacimientos son prematuros).

Lucha por vivir: el paso por la incubadora de los prematuros

Los problemas a los que se suele enfrentar un niño de estas características suelen ser numerosos. Todo depende, eso sí, de la semana de gestación en la que nació. De lo que no se suelen librar prácticamente ningún bebé prematuro es de pasar por la incubadora.

Algunas de las complicaciones médicas más comunes son:

  • Problemas respiratorios. Al no haberse desarrollado por completo los pulmones el bebé, no tiene suficiente capacidad para respirar sin hacer esfuerzos, por lo que en ocasiones necesita asistencia externa.Hay que tener en cuenta que el surfactante pulmonar, una sustancia que recubre los pulmones por dentro y que facilita la respiración, no se segrega hasta la semana 32 de gestación. Si el bebé nace antes, su respiración suele verse realmente dificultada.
  • Problemas de regulación térmica. El niño prematuro es incapaz de regular su temperatura corporal, por lo que se enfría con facilidad.· Riesgos de hemorragias: Como los vasos capilares del prematuro son muy débiles, el riesgo de que se produzcan hemorragias es elevado.
  • La nutrición .Los bebés prematuros requieren gran cantidad de nutrientes para sobrevivir pero como su sistema digestivo no ha madurado aún (no pueden succionar con la suficiente fuerza, por ejemplo), muchos niños requieren alimentación intravenosa o por sonda nasogástrica.Además, estos pequeños suelen presentar dificultades para eliminar el exceso de bilirrubina, lo que da lugar a una fuerte ictericia.
  • El sistema nervioso. Si sistema nervioso es incompleto, pero se desarrolla igual si se le estimular mediante factores externos, sobre todo a través del contacto directo con los padres.
  • Los ojos. En los bebés nacidos antes de tiempo, las arterias de la retina no han acabado de formarse y determinados factores (concentración de oxígeno en sangre, por ejemplo) pueden alterar el proceso de maduración.

Tratamiento: mucho amor

El bebé prematuro necesita más cuidados y atención porque su organismo no se encuentra completamente desarrollado. Los médicos no le darán el alta hasta que el niño no se pueda, al menos, alimentar normalmente (por vía oral) y no sufra episodios de apnea o bradicardia (ritmo cardiaco excesivamente lento).

Una vez en casa, los bebés prematuros no se comportan de igual manera que los niños nacidos a término:

  1. No duermen las mismas horas. Los bebés prematuros no consiguen dormir 6 u 8 horas seguidas hasta los seis meses y sus siestas suelen ser más breves que las de los demás niños de su misma edad.
  2. Estreñimiento. Suelen ser más estreñidos. Al tener un menor tono muscular, sus deposiciones suelen ser más espaciadas (entre dos y tres días). Para ayudarle en este sentido podemos realizarle pequeños masajes abdominales con el fin de regular su tránsito intestinal.
  3. Reflujos. Son niños que suelen vomitar con más facilidad. Para evitarlo conviene que tras cada toma les acostemos con la cabeza más elevada que el resto del cuerpo (una toalla enrollada bajo su colchón, por ejemplo, puede ayudarles a no expulsar la comida).
  4. Lentitud al comer. Si bien los niños nacidos a término comen cada tres horas, los bebés prematuros lo hacen más a menudo. Tengamos en cuenta que para ellos el mero hecho de tener que succionar supone un gran esfuerzo que les agota. Por ello, puede que a mitad de la toma se encuentre cansado y no quiera más, con lo que al poco tiempo volverá a tener hambre.

Consejos para cuidar a un bebé prematuro

– Conviene que en casa intentemos crear una atmósfera favorable para su desarrollo. Estos pequeños necesitan mucha tranquilidad por lo que quizá sea bueno que, sobre todo los primeros meses, prescindamos lo máximo posible de las visitas.

– A todos los bebés les gusta sentirse «apretaditos» a la hora de dormir, sobre todo si son prematuros. Por ello, debemos procurar decantarnos por el moisés frente a la tradicional cuna. Además, al acostarle, podemos enrollar al pequeño en su toquilla para que sienta tan protegido como cuando estaba en el útero materno.

– Los masajes son importantes siempre, pero aún más cuando de un niño prematuro se trata. Gracias a nuestro contacto y constantes mimos el niño se irá fortaleciendo y mejorando día a día.

– No le pidamos demasiado a nuestro bebé. Tengamos en cuenta que su edad real es el tiempo transcurrido desde su nacimiento menos las semanas que se adelantó al nacer. Dentro de unos años esto no tendrá importancia pero hasta que el niño supere esta primera fase, a la hora de valorar sus progresos tendremos que tener en cuenta «su edad corregida».

El método kanguro

El algunos hospitales se adopta el método «Kanguro», que consiste en reemplazar la incubadora por el cuerpo de la madre para restituir, de esta manera, el calor (entre 30º y 32º C) y la atmósfera perdida. Gracias a esta terapia el bebé mejora mucho más deprisa. Si el niño se encuentra en condiciones y nos lo permiten en el hospital, no dudemos en optar por esta posibilidad. Igualmente, cuando nos marchemos a casa, sigamos poniendo al niño sobre nuestro pecho. Los latidos del corazón le estimularán y harán sentirse protegido.

Marisol Nuevo Espín

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