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Bebés políglotas, los idiomas como clave del futuro

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«Aprender idiomas es esencial para un futuro brillante». Esta es una frase que seguro hemos escuchado de los padres, profesores, amigos, vecinos y que está presente en la sociedad actual. Y aunque suene algo repetitiva e insistente, es una frase colmada de razón y buenas intenciones para conseguir el éxito en la vida de los más pequeños de la casa.

En un mundo cada vez más globalizado y exigente, el dominio de más de un idioma se ha convertido en una habilidad cada vez más importante, útil y demandada debido a la necesidad de comunicarse efectivamente en contextos interculturales y multilingües.

¿Cuáles son realmente los beneficios de dominar más de un idioma?

En primer lugar, actualmente, las empresas y organizaciones buscan empleados que puedan comunicarse con personas de diferentes países y culturas, y esto se aplica a la mayoría de las industrias y campos laborales. Además, dominar un idioma distinto al nativo demuestra aspectos y habilidades que pueden ser imprescindibles en el momento de conseguir el trabajo de tus sueños, como pueden ser: determinación, constancia, disciplina y curiosidad.

Según un estudio realizado por Randstad Professionals, empresa líder en recursos humanos, el conocimiento de idiomas aumenta un 37% las posibilidades de que un trabajador pueda acceder a un empleo. Asimismo, el mismo estudio confirma que el 70% de los puestos de trabajo de responsabilidad y directivos exige a los candidatos la capacidad de desarrollar su actividad en otro idioma que no sea el nativo. Entonces, para cuando los niños de hoy en día compitan en el mercado laboral por un puesto de alto rango, posiblemente hablar varios idiomas ya no sea solo un valor añadido, sino un requisito.

En segundo lugar, se ha demostrado que el multilingüismo ayuda a desarrollar habilidades lectura y escritura superiores, así como facilita el posterior aprendizaje de otros lenguajes porque ya se cuenta con una base de conocimiento y se desarrolla de manera más natural. Además, ayuda a ejercitar la memoria y refuerza los niveles de concentración y atención en los primeros años, beneficios que a largo plazo se ven reflejados en la salud de los niños. Según un estudio de la York University (Cánada) hablar más de dos idiomas puede llegar a retrasar 5 años la detección de demencia y Alzheimer.

En tercer lugar, la importancia de hablar más idiomas con fluidez no solo abarca el ámbito laboral y académico, sino también el social. Se ha demostrado que los niños que hablan más de un idioma tienen muchas menos dificultades a la hora de socializar con el resto, ya que aprenden diversidad cultural y son conscientes de que hay otras lenguas, culturas y formas de vivir diferentes a la que aprenden en el hogar. Por eso, es prioridad elegir un colegio que se destaque por impartir sus estudios en diferentes idiomas, pero que también enseñen sobre las diferentes nacionalidades a las que pertenecen sus alumnos. Esta oportunidad permitirá que los más pequeños crezcan en un torno culturalmente rico que, sin duda, les aportará muchas ventajas a lo largo de su vida.

El momento ideal para empezar a aprender un idioma

Entonces, siendo conscientes de que aprender otros idiomas es una inversión importante en el futuro de los hijos, ¿cuándo es el momento ideal para que empiecen a aprender otros idiomas? ¿Es beneficioso que aprendan desde sus primeros años de vida?

La respuesta es sencilla: ¡Cuánto antes mejor! La investigación en neurociencia ha evidenciado que, durante los primeros meses de vida hasta los 7 años, se produce un significativo desarrollo neurobiológico en el aparato fonador y el oído, lo que facilita un aprendizaje más ágil y efectivo. En esta etapa de crecimiento, los niños alcanzan el 80% de su crecimiento cerebral y se establece una mayor conexión de circuitos neuronales, de los que dependerá, su capacidad de aprender y captar nuevos estímulos. Sin olvidar, que, con el tiempo, cuando ya se es adulto, formarse en un nuevo idioma puede ser un verdadero dolor de cabeza, porque la capacidad del cerebro empieza a limitarse y se tiene mucho más «equipaje» mental que dificulta enormemente la tarea de integrar un nuevo idioma en la vida.

De aquí, surge la importancia de la educación temprana y la capacidad de proporcionar a los niños oportunidades de aprender nuevos idiomas desde sus primeros meses de vida.

En conclusión, al apostar por una educación multilingüe desde los primeros años de vida de cualquier niño, lo único que le aportará son beneficios y oportunidades. La posibilidad de crecer aprendiendo varios idiomas les traerá, como explicamos, grandes ventajas a la hora de desarrollarse tanto en el ámbito académico como en el personal a lo largo de toda su infancia y su vida.

Alicia Roldán. Profesora de Infantil en alumnos de 1 año del Colegio Europeo de Madrid.

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