El aprendizaje es un proceso que comienza mucho antes de poner un pie en el colegio. Desde que el niño nace empieza a interiorizar distintas lecciones. Y, aunque no lo parezca, los bebés también están atentos a todos los estímulos que los rodean para poder descubrir el mundo que los rodea y saber cómo reaccionar a él. Recuerdos que marcarán su desarrollo.
Y, al igual que en cualquier momento de la vida, el aprendizaje a través del juego y la diversión es siempre una buena opción. Incluso los bebés también pueden participar en distintas actividades que a la larga tendrán efectos lectivos sobre ellos. Desde la Fundación Nemours se ofrecen varios consejos para que los padres puedan introducir estas rutinas en sus hijos desde temprana edad.
¿Cómo aprenden los más pequeños?
Tal y como indican desde la Fundación Nemours, hacia los 4 meses de edad, los bebés ya han aprendido a reconocer a sus padres y otras personas encargadas de su cuidado. De esta forma, son capaces de focalizar la atención sobre determinados puntos. Por este motivo, la exploración es una buena idea en este sentido, participando en este proceso, descubriéndoles a los niños el mundo en el que viven.
En este sentido, los padres pueden proporcionarles a los más pequeños oportunidades para practicar y para adquirir nuevas habilidades con juguetes adecuados para su edad y un ambiente seguro para explorar. Colores, formas, patrones en objetos, todos estos elementos despertarán la curiosidad de los más pequeños. Una buena idea es permitir a los hijos agarrar, inspeccionar y reconocer estos artículos.
Los profesionales de la Fundación Nemours indican que es probable que los pequeños se metan cosas en la boca para continuar su exploración. Los padres deben asegurarse de mantener los objetos que podrían provocar atragantamientos, asfixias por aspiración u otros accidentes fuera de su alcance o, incluso mejor, incluso si es posible lejos de su vista para que no se sientan atraídos.
Ideas para su aprendizaje
Los padres pueden contribuir al aprendizaje de sus bebés creando un lugar seguro para la exploración, siempre bajo supervisión. Un espacio que invite a la diversión, provisto de juguetes adecuados para estas edades y con una amplia variedad de formas, tamaños, colores y texturas.
Otra buena idea para los padres es la de comenzar a leerle libros a los hijos. Aunque parezca que no hay resultado, cuando se comparte este momento con los bebés se les puede ayudar diciendo nombres de los objetos, personas y animales mientras los señala. La imitación de los sonidos que emiten los animales y los objetos que salgan en el libro. Las obras que contienen imágenes sencillas y muchas texturas diferentes son buena idea ya que permitirán que pueda palpar.
Otras ideas son:
– Mientras el bebé esté boca abajo, colocar una pelota favorita delante del niño para que intente alcanzarla, de esta forma se potenciará su desarrollo motriz.
– Esconder un juguete y animar a su hijo a buscarlo, favoreciendo su desarrollo sensitivo.
– Hacer que el bebé descubra que las acciones hacen que ocurran cosas para que aprendan a desarrollar mecánicas y a entender la utilidad de algunas cosas.
Damián Montero
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