Italia fue la tierra que vio nacer la filosofía de educación que impulsaba la doctora María Montessori. Una metodología que ha continuado hasta nuestros días y se basa en el respeto a la infancia y en adaptar el entorno de aprendizaje al niño y a su nivel de desarrollo. De esta forma, en la actualidad nos encontramos muchas influencias de este sistema en ámbitos como la creación del hogar.
Desde el International Montessori Institute de Barcelona se recuerda que hay que preparar el entorno del niño para aprovechar la sensibilidad absorbente que poseen los pequeños. No hay que centrarse solo en el espacio físico, sino también en las personas con las que se relacionan y las actividades que se desarrollan. En este sentido se propone la creación de un ambiente nido listo para los pequeños.
La importancia de los primeros años
A partir del nacimiento de los niños comienza un camino formativo. Esta senda se va a construir a expensas de lo que recibe en el entorno que supone el hogar, por ello se recomienda que el ambiente de crianza sea un lugar «nutritivo» en cuanto al desarrollo intelectual del niño. Y es que el método Montessori señala que los primeros años de vida son los más delicados.
El hogar es el primer ambiente del niño y con este se crea una relación especial. Esto se traduce en convertir este entorno en un espacio de cuidado e intimidad, que proporcionen al niño seguridad y confianza, dos puntos básicos para el desarrollo de su personalidad. También hay que tener en cuenta que los pequeños terminan por desarrollar un vínculo afectivo con el hogar.
Es en este contexto en donde nace la idea de un ambiente nido, uno de los componentes principales del método Montessori. Un entorno adaptado a las necesidades de los hijos de entre 2 y 4 meses y que permita que los niños tengan una gran armonía y reciba impresiones tan profundas que terminen por adaptarse a su ser y ser parte de su personalidad.
Características del ambiente nido Montessori
Hay que tener en cuenta distintos aspectos para crear el ambiente nido, según el método Montessori, el objetivo es hacer que este se convierta en un ambiente acogedor, familiar e íntimo. Estas son sus características principales:
– El entorno debe dar respuesta a las necesidades de estabilidad, continuidad y acción, que son esenciales para el desarrollo psíquico del niño durante su primer año de vida.
– El ambiente debe proporcionar experiencias significativas al niño y respetar su ritmo de desarrollo.
El espacio debe permitir que el niño explore. La independencia viene data a través del libre movimiento, motivado por las actividades dirigidas por el adulto.
– Debe ser un espacio en el que el niño se sienta aceptado y seguro.
– El espacio debe estar diseñado a la medida del niño y organizado en zonas bien definidas, contando con materiales que respondan a las necesidades reales y a los intereses de exploración propios de esta edad.
– El aspecto estético, los colores y la elección del mobiliario, la decoración y la calidad de la luz debe ser armonioso. En estos momentos los niños se dejan influenciar por los estímulos que les presenta el entorno.
Damián Montero
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