Cuando iniciamos la alimentación complementaria es normal seguir las instrucciones del pediatra para introducir las frutas y verduras, las carnes, los huevos… pero, eso sí, siempre triturados, en papilla o puré. Sin embargo, también pueden ir probando sabores por separado dándoles a probar distintos alimentos, aunque todavía tengan pocos dientes.
La idea es que todos los alimentos que ofrezcamos al bebé estén muy blandidos. Esto es fundamental para evitar que se atraganten. Deben disolverlos en la boca y para saber si están en ese punto, haz tú misma/a la prueba aplastándolos antes con tus dedos.
Si tienes dudas sobre cómo prepararlos, es decir, cocidos, al vapor o al horno, la doctora Lidia Folgar, Dietista-Nutricionista, especializada en nutrición pediátrica, madre y autora del libro Aprender a comer solo, aclara que «se pueden utilizar todas las técnicas culinarias, con aceite de oliva virgen extra como grasa de elección, aunque es preferible utilizar aquellas con las que se minimice la pérdida de nutrientes, como la opción de la cocción al vapor. La textura ha de ser la que permita aplastar el alimento contra el paladar con la lengua».
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Estos son los 12 alimentos que recomienda la doctora Lidia Folgar en su libro Aprender a comer solo, donde ofrece también algunas recetas para prepararlos.
1. Cereales y derivados. Como trigo, maíz, cebada, avena, centeno, mijo, arroz, quinoa y sus derivados como pan, pasta, cuscús y las harinas. Actualmente, no se recomienda demorar la introducción del gluten más allá de los 6 meses.
2. Verduras y hortalizas. A partir de los 6 meses pueden consumirse judías verdes, ramilletes de brócoli o coliflor, zanahoria, calabaza, berenjena, calabacín. Siempre cocinadas al vapor o hervidas, cortadas en trozos del tamaño de un dedo. Conviene aliñarlas con aceite de oliva virgen para aumentar su densidad nutricional o energética.
3. Frutas. A partir de los 6 meses, los bebés pueden comer cualquier fruta, incluso melocotón o fresas porque actualmente no hay evidencia científica que concluya que hay que demorar la introducción de alimentos potencialmente alergénicos. Podemos empezar ofreciéndola pelada, madura y en trozos grandes.
4. Carnes. Los bebés pueden tomar cualquier tipo de carne desde los 6 meses. Son una buena fuente de hierro. La forma más sencilla es preparar recetas blanditas como hamburguesas caseras, albóndigas o croquetas.
5. Pescados. Los bebés pueden comer tanto pescados blancos como azules desde los 6 meses. No obstante, los pescados azules de gran tamaño por su contenido en mercurio deben limitarse. Evita el pescado crudo y cuidado con las espinas.
6. Mariscos. Los moluscos son los más indicados y contienen mucho hierro. En menores de 3 años conviene limitar el consumo de cabezas de gambas y cigalas y los cuerpos de cangrejo, nécora y buey.
7. Legumbres. A partir de los 6 meses y siempre acompañadas de alimentos ricos en vitamina C para la absorción del hierro. Una manera fácil y digestiva es empezar por ofrecerles hamburguesas o albóndigas de legumbres al vapor.
8. Huevos. A partir de los 6 meses y sin separar la yema de la clara para evitar alergias. El mito de que es malo para el colesterol o la salud cardiovascular está desterrado desde hace tiempo.
9. Derivados de la leche. Leche materna como primera opción, leche de fórmula como segunda y leche de vaca no antes de los 12 meses. Esta última recomendación es igual de válida para quesos frescos y yogures.
10. Frutos secos. Tienen un perfil nutricional muy interesante y saludable. Evita los fritos y salados, y nunca se los ofrezcas enteros por riesgo de atragantamiento, siempre molidos o mezclados en recetas.
Marisol Nuevo Espín
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