Actualizado 22/06/2022 11:31

Vigorexia en adolescentes, qué hay detrás de su obsesión por el deporte

¿Qué Lleva A Un Adolescente A Obsesionarse Por El Deporte?
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La adolescencia es una etapa muy complicada, muchos cambios e incertidumbre. Esta edad supone una situación muy difícil de sobrellevar para los jóvenes. La presión social y las ganas de encajar pueden traducirse a la larga en la aparición de graves problemas. Entre ellos aparece la vigorexia, la obsesión por el deporte y por el ejercicio con el objetivo de verse con un buen aspecto.

Hay una gran diferencia entre hacer ejercicio para mantenerse en forma y la obsesionarse con este asunto. La vigorexia, como cualquier otro trastorno, supone un problema a la larga que altera el día a día de los adolescentes. Entender qué le sucede a los jóvenes que atraviesan estos problemas, permitirá que los padres puedan ayudarlos de la mejor forma posible y coordinarse con los profesionales en el caso de que sea necesaria una terapia.

Difícil diagnóstico

Tal y como explica la Asociación de Lucha contra la Anorexia y la Bulimia, el principal problema de la vigorexia es su diagnóstico. Es complicado diferenciar entre lo que es una práctica de ejercicio para mantenerse en forma y una obsesión con el mismo. La actividad física es algo recomendable para los jóvenes, por lo que habrá que atender a otras señales:

- El joven deja de lado otras actividades con tal de seguir haciendo ejercicio.

- El adolescente manifiesta una imagen alterada de su cuerpo. Aunque esté bien físicamente, sigue queriendo mejorar.

- Altera su menú, junto con el ejercicio el adolescente elude comer grandes cantidades con el fin de mejorar su cuerpo.

- Prefieren pasar más tiempo en el gimnasio que junto a sus compañeros.

Este organismo señala que el origen de la vigorexia cuenta con similitudes con los casos de anorexia o bulimia: las ganas de verse bien físicamente y de encajar entre los cánones establecidos. Jóvenes con una baja autoestima que encuentran en el ejercicio una respuesta a su aislamiento social. Por ello es muy importante atender a los comportamientos de los hijos para determinar si simplemente busca mantenerse en forma o se ha desarrollado una obsesión.

Tratamiento de la vigorexia

Si los padres detectan estos comportamientos en sus hijos es importante actuar antes de que la vigorexia altere su vida. El primer paso es encontrar ayuda de un especialista para acudir a sesiones en donde poder encontrar el origen del problema y ayudar a solucionarlo. Por otro lado, los padres deben coordinarse con el psicólogo para iniciar el tratamiento.

Es importante que los padres entiendan el problema de sus hijos y no presionen a los adolescentes para que cambien su actitud. No es algo que ellos puedan dominar, sino un trastorno que merece atención de un especialista. También es recomendable acudir a un nutricionista para elaborar un menú adaptado a la situación y a las necesidades nutricionales del joven.

Poco a poco los padres deben animar a sus hijos a realizar otras actividades como por ejemplo ir al cine con sus amigos. Desde el centro de Psicología López de Fez se indican las siguientes fases del tratamiento:

- Fase informativa-formativa. La intención es documentar al adolescente sobre la imagen corporal: qué es y cómo se forma

- El siguiente paso es tratar la distorsión de la imagen corporal dotando al paciente de una visión realista de su cuerpo.

- A continuación se tratarán los pensamientos sobre el cuerpo. Aquí se abordarán las carencias de la persona cree y se analizarán hasta qué punto son irreales y nocivas.

- En la cuarta fase se tratarán aquellos sentimientos negativos que pueden ser causa de la patología.

- Finalizada la etapa anterior, se tratarán los comportamientos del paciente respecto a su propio cuerpo determinando cuáles pueden ser perjudiciales.

Damián Montero

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