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Trucos para aprender Historia y qué te guste

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¿No les gusta la Historia? Eso sería antes, porque ahora nuestros hijos están enganchados a una nueva moda que ensalza los hechos pasados a través de expresiones culturales como el cómic, las series o los videojuegos. De esta forma pasan a ser ellos los que consumen Historia por propia iniciativa y deja de ser la materia aburrida que fue antaño. ‘Con un poco de azúcar’ a lo Mary Poppins todo es más sencillo

La Historia y la Geografía son algunas de las asignaturas más enriquecedoras que nuestros hijos encuentran en clase. ¿Por qué, entonces, muchas veces tachan estas lecciones de soporíferas? Esa caída de párpados, mientras se descubren las hazañas de los Reyes Católicos, parece imparable un lunes a primera hora de la mañana, restándole color a ese momento histórico, en el sentido literal y literario del término.

Pero, ¿realmente deberíamos dejar que piensen que la Historia es aburrida? Hace tiempo los alumnos no tenían más remedio que conformarse con los libros de texto que les daban en la escuela, que transmitían estas materias a las que se les confería un sentido puramente educativo y, lo que suele echar más para atrás a los adolescentes, obligatorio.

Sin embargo, la Historia ha sido rescatada en los últimos tiempos como un interminable guion para la producción cultural. Ahora los jóvenes nos sorprenden con un conocimiento inesperado sobre hechos del pasado y esto se debe a que estos se han trasladado a su tiempo de ocio.

Los cómics, la literatura, las series de televisión, e incluso los videojuegos, se transforman en herramientas didácticas

Complementan lo estudiado en clase y que despiertan en los adolescentes el gusto por algunos sucesos que les han precedido.

El hecho de que salga de ellos mismos la práctica de estas actividades, englobadas un entorno en el que sienten cómodos, facilita un aprendizaje casi subliminal de esos acontecimientos históricos que, recubiertos bajo otra carcasa, podrían resultar menos atractivos.

El poder de la viñeta

El cómic es una herramienta de enseñanza alternativa y creativa que surgió como un mero entretenimiento que muchos limitan a una lectura propia de la infancia. No obstante, se trata de una actividad que ha proliferado, tanto en adolescentes como en adultos, con las llamadas novelas gráficas.

Su principal atractivo reside en una trama de aventura y personajes interesantes presentados por unos artistas que, ya desde el origen del cómic, se valieron de determinados hechos históricos para desarrollar sus viñetas. Es el caso de los míticos Astérix y Obélix, sin los que es posible que muchos no situasen la Galia, ni la invasión romana que sufrieron, allá por el año 58 a.C.

Ya son muchos los docentes que ven el potencial de enseñanza a través de tebeos o novelas gráficas.

No se trata únicamente de que los dibujos, los colores y los bocadillos capten la atención de los adolescentes de manera que un texto normal no siempre consigue. Dan un paso más trabajando con ellos en un análisis para discernir el rigor histórico de cada obra o los acontecimientos concretos de ese periodo, como la vestimenta, la arquitectura y las costumbres de ese momento.

Es así como nuestros hijos pueden conocer la Segunda Guerra Mundial con la historia de Anna Frank, uno de los últimos clásicos que se ha pasado a este formato. Otros cómics, como El Arte de volar, en cambio, les mostrarán algunas de las etapas determinantes en España, como la II República, la Guerra Civil o el Franquismo, entre otros muchos acontecimientos.

Érase una vez… la televisión

Enseñar historia a través de la producción audiovisual no es nada nuevo. Son muchos los colegios que han echado mano de dibujos como Érase una vez… o que decidían dedicar un par de clases en proyectar películas como La vida es bella, entre otras, para despertar el interés de los adolescentes por el área de estudio.

La diferencia es que ahora son ellos los que deciden ver contenidos históricos gracias a una popularización de series de televisión que basan sus argumentos en hechos del pasado.

La prueba de que la historia es entretenida y se puede aprender fácilmente, la encontramos en revelaciones como El Ministerio del Tiempo, que da vida a personajes como Cervantes, El Cid o Velázquez. Conocer a los pintores de Altamira, cómo surgió el Lazarillo de Tormes, o la victoria de María Pita sobre las tropas inglesas, son algunos de los relatos de nuestro pasado que la serie ha conseguido enriquecer de tal manera que a los adolescentes les resulte adictiva.

Lo mismo ocurre con otras series nacionales como Isabel, que rescató hasta el último tejemaneje que se llevó a cabo durante el reinado de los Reyes Católicos, o Águila Roja, algo más irreal, pero perfecta para contextualizar el periodo de la guerra con Portugal y las repercusiones al expulsar a los moriscos.

También sucede con producciones internacionales como The Crown, Rebellion o Genius, con las que se puede conocer la vida de la Reina Isabel II de Inglaterra, los conflictos que tuvieron lugar durante la independencia Irlandesa, o la personalidad del brillante Albert Einstein.

Un pasado virtual

Si no están jugando a algún videojuego, lo más seguro es que estén pensando en ponerse a ello. Puestos a dejarles pasar un rato con la consola, lo mejor es centrarse en que pueden sacar algún beneficio de la partida que están echando.

Algunos de los juegos más entretenidos están ambientados en un periodo histórico real.

Los denominan juegos de estrategia ambientados en el pasado, y podemos hallar unos cuantos que sitúan a los avatares de nuestros hijos, tanto en el medievo, como en la Primera Guerra Mundial. Kingdom Come Deliverance es uno de los que presenta al jugador una perspectiva de la época de la Edad Media más verídica y realista, así como Total War: Rome, con el que ellos mismos emprenderán las conquistas de los emperadores romanos por toda Europa. Si la ambientación es correcta, puede resultar de lo más interesante cuando se adentran en juegos de rol como Ever Jane, el cual consigue transportarles a los tiempos de Orgullo y Prejuicio con tal exactitud que sentirán el roce de las enaguas de entonces.

La mayoría de los videojuegos con trasfondo histórico más populares se sitúan en la contemporaneidad, debido a esa correlación entre conflictos históricos y ese grado de violencia que, para desgracia de muchos contrarios, parecen atraer tanto a los adolescentes. La Segunda Guerra Mundial es la más recurrente con representaciones en Company of Heroes, en el que hallamos todas las batallas de este conflicto, como el desembarco de Normandía, o su segunda parte, que narra la historia desde el punto de vista ruso.

Historias sobre historia

La literatura es la actividad de ocio más tradicional que complementa la enseñanza de nuestros hijos. Los libros juveniles no se quedan al margen del recurso histórico para presentar un argumento original y atractivo para los adolescentes, lo cual resulta beneficioso sobre todo porque les es más fácil verse reflejados en personajes de su edad e interiorizan mejor las historias.

Aprender los orígenes del cristianismo con libros como Junia o Grano de trigo parece mucho más emocionante si los acontecimientos se los narra una joven muchacha romana. Lo mismo pasa con otras lecturas cuyos jóvenes personajes consiguen que nuestros hijos se identifiquen más rápidamente con los sentimientos que podrían llegar a experimentar ante situaciones inimaginables al tratarse de una época desconocida para ellos. La nueva tierra, sobre la independencia de las colonias americanas; Los Guardianes de la luz, con lealtades entre la antigua Britania y Roma; o Los soldados no lloran, que muestra los hechos y la cultura entorno a la Guerra Civil española, son algunos ejemplos que demuestran que la literatura juvenil es capaz de presentar determinados acontecimientos de tal forma que los adolescentes se vean sumergidos en la Historia.

Ana Cemboraín

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