A nadie se le escapan los cambios que han traído a nuestras vidas las nuevas tecnologías. Un rápido acceso a la información, comunicación al instante y otras tantas utilidades. Pero los dispositivos inteligentes han alterado más de lo que se pensaba nuestro día a día, en especial en los adolescentes, quienes muestran cambios en su cerebro después de exponerse a estas herramientas.
Esta conclusión ha sido expuesta en el congreso de la Asociación de Radiología de América del Norte. Un estudio en donde se ha comprobado que el abuso de las nuevas tecnologías altera el cerebro dando lugar a consecuencias más graves de las que se pensaba. A la dependencia de estos aparatos hay que añadir los cambios en esta zona y sus efectos a largo plazo.
Sensación de recompensa
Estas conclusiones fueron encontradas después de analizar a 19 jóvenes diagnosticados con dependencia a los smartphones. La misión era encontrar qué diferencias presentaban sus cerebros respecto a otros adolescentes sin estos síntomas. El primer cambio se apreció en la zona donde se estimula la sensación de recompensas en el organismo.
Los jóvenes con dependencia a las nuevas tecnologías presentaban una escasa actividad cerebral ante otros estímulos ajenos al uso de estos dispositivos. Es decir, estos adolescentes eran incapaces de activar el circuito que hace que una persona se sienta bien al realizar determinada labor que requiere esfuerzo. Únicamente eran capaces de sentir «felicidad» cuando se conectaban a internet a través de estos dispositivos.
Este estudio demuestra que la dependencia de los smartphones puede compararse a otras adicciones como los juegos de azar o el tabaco. De esta forma los investigadores señalan a sus padres que si sus hijos muestran estos síntomas, tratar estas actitudes no es tan fácil como reducir su consumo. En algunos casos se requieren de terapias que se centren en el cambio de estas conductas a un nivel más profundo.
Terapias contra la adicción
Los cambios en el cerebro de los jóvenes demuestran que no todo es tan fácil como reducir el tiempo de uso de las nuevas tecnologías. Se precisan de más ayudas para solucionar este problema. Desde la Universidad Internacional de Valencia se sugieren estos pasos en el tratamiento de las dependencias de estos dispositivos:
Fase 1: la búsqueda de motivación.
La persona afectada por la adicción debe ser consciente de que tiene un problema y de que necesita solucionarlo. En ese momento se decidirá a buscar ayuda y acudir a un médico para que analice el caso. Cuando la persona adicta da este paso es fundamental el apoyo de su pareja, amigos y familiares.
Fase 2: desintoxicación.
En esta fase se necesita el apoyo de un psicólogo y de otros especialistas para que la persona sea consciente de la adicción a las nuevas tecnologías que padece y vea las consecuencias que su conducta está causando en su vida y en su entorno.
Fase 3: deshabituación.
Dejar la adicción a internet o al móvil requiere fuerza de voluntad y paciencia, además de apoyo. Poco a poco el paciente irá recuperando su vida habitual y a aprender a controlar el uso que hace de la tecnología.
Fase 4: rehabilitación.
Durante esta fase el paciente vuelve a recuperar las habilidades que tenía antes de comenzar con su adicción. Es decir, comenzará a relacionarse de forma sana y natural con su entorno, a compartir tiempo con su familia, a tener hábitos saludables y a respetar sus horas de sueño.
Fase 0: prevención.
Limitar las horas en las que utilizan las tecnologías y recordar que los padres en son un modelo a seguir. No se puede enseñar a los hijos un uso moderado del móvil y del ordenador si los adultos no se comportan así.
Damián Montero
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