El sexting consiste en fotografiar o grabar un posado o escena de carácter sexual, erótico o pornográfico, que posteriormente se envía a través de vídeo llamadas, WhatsApp, emails, etc… a una persona determinada; convirtiéndose en una nueva forma de relación entre los jóvenes a través de la tecnología y los dispositivos móviles. Estos contenidos son distribuidos por los adolescentes entre sus propios grupos de amigos, pudiendo utilizar este material de forma inadecuada o perversa.
En este sentido, los menores conocen muy bien los riesgos del sexting para su reputación y las consecuencias que pueden suponer estas prácticas, incluso legales, y aún así producen y distribuyen vídeos o imágenes totalmente comprometidas y subidas de tono entre sus amigos.
El morbo del ‘sexting’: ¿por qué lo hacen?
Existen muchos motivos y explicaciones que nos pueden ayudar a entender el origen de este fenómeno en alza, como es el sexting. Algunos de ellos son muy evidentes:
1. Creen que lo pueden controlar. El sexting también alberga la falsa sensación y percepción de seguridad que tienen en el uso de las nuevas tecnologías. Consideran, en la mayor parte de las ocasiones, que es como un juego, pensando que lo pueden controlar.
2. Los contenidos están trivilalizados. Una sociedad demasiado permisiva, que banaliza y minimiza la exposición o visionado constante de desnudos, sexo y escenas explícitas, en cualquier tipo de soporte publicitario o audiovisual, sin ningún tipo de control y supervisión; de tal forma, que estos contenidos son fácilmente accesibles para los jóvenes, que no le dan importancia y favoreciendo con ello la práctica del sexting.
Pero, por encima de todo, hay dos razones indiscutibles: la necesidad y afán de encajar socialmente y el deseo de llamar la atención. Analicemos estos dos factores.
1. Encajar socialmente. En la etapa adolescente la popularidad y la aceptación del grupo de amigos es fundamental para ellos, con lo que una explicación de la práctica del sexting puede ser la fuerte presencia de dinámicas de grupo como la presión social entre iguales.
Estos comportamientos son muy habituales en la adolescencia, presentes también en la naturaleza animal, y en donde la aceptación del grupo ejerce una poderosa influencia.
Pero junto a esa presión social, existe, por otro lado, la propia presión personal de los menores, que consideran que este tipo de conductas se convierten en necesarias, ya que se asocian a una mayor popularidad, por lo que no dudan en fotografiarse y compartir las imágenes.
2. El deseo de llamar la atención. Es otro elemento que debemos también tener en cuenta, relacionado con la propia vanidad intrínseca de muchos adolescentes, la necesidad de buscar la aprobación de los demás y encajar socialmente, ya que el culto al cuerpo es algo muy valorado y demandado; ésta es otra razón por la que los menores practicarían sexting, exhibiendo su cuerpo y compartiéndolo con los demás.
Así pues, la mayor parte de los adolescentes realizan estas conductas en un claro ejemplo de socialización, con la pretensión de facilitar su integración con el resto de compañeros e iguales en los centros educativos.
Cuando el ‘sexting’ acaba en burla
Ahora bien, en ocasiones estos vídeos e imágenes acaban siendo utilizados para la burla, hostigamiento y ridiculización de los menores, que ven horrorizados la divulgación sin su consentimiento de estos contenidos, generándoles sentimientos de tristeza, ira y vergüenza.
Incluso puede dar paso a hechos más graves, como es la sextorsión y en los que la víctima es objeto de chantaje para no difundir las imágenes o vídeos comprometidos.
En estos casos, el menor adolescente se ve expuesto a situaciones difícilmente soportables y a una exclusión social evidente por parte de sus compañeros, lo que puede generar en episodios de ansiedad y depresión, llegando en última instancia y como resultado trágico al suicidio.
La práctica del sexting entre los adolescentes es un fenómeno social, una problemática real que debemos conocer porque muchos de los comportamientos y conductas de los adolescentes terminan generando tendencia, por lo que se repiten de forma sistemática entre ellos.
La mejor forma de combatir el sexting es hablar con los adolescentes; la comunicación, además de fortalecer el vínculo entre padres e hijos, es un elemento clave a la hora de afrontar cualquier tipo de problemática que pueda tener el menor en sus diferentes etapas evolutivas, como es la adolescencia.
Ricardo Lombardero Calzón. Abogado, Mediador y Coach. Cofundador de Lomber Soluciones Cyberbullying
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