Expertos psicólogos lanzan 10 recomendaciones para evitar que los adolescentes se puedan convertir en adictos a la pornografía, una industria que cuenta con 144 millones de plataformas online con contenido pornográfico, que reciben 44 millones de visitas diarias. Investigaciones recientes revelan que el 81% de los niños de entre 13 y 18 años afirman haber observado pornografía como conducta normal y los 11 años es la edad media en la que se inician en el consumo de pornografía.
A la luz de estas cifras, ¿cómo evitar que nuestros adolescentes se conviertan en adictos a la pornografía? El problema más grave de la pornografía es que crea unas expectativas irreales sobre el sexo y despojándolo de todo componente afectivo, que a posteriori, pueden hacer mella en la salud afectivo-sexual de las personas produciendo diversos problemas. Ejemplo de ello es una de las investigaciones más recientes publicadas en The Journal of Sex Research donde se muestra cómo el consumo de pornografía en los adolescentes está asociado con actitudes sexuales más permisivas, con problemas familiares y con mayores estereotipos de género en las creencias sexuales.
También muestran la relación existente entre este consumo con un aumento de la frecuencia en relaciones sexuales casuales y con las conductas agresivas en el ámbito sexual.
Perfil del adolescente consumidor de pornografía
El perfil prototípico del adolescente consumidor de pornografía es el de un usuario masculino, púberamente más avanzado, propenso a la búsqueda de nuevas sensaciones, abierto a nuevas experiencias, y con una débil o problemática estructura familiar.
«Los profesionales que nos dedicamos a la atención de la salud mental y física de las personas, vemos de vital importancia la reflexión sobre la pornografía y su influencia en el desarrollo de la sexualidad de los jóvenes. Si el proceso de la adolescencia no se desarrolla bien y el cerebro no termina de madurar, la cuerda floja puede romperse y facilitar el desarrollo una adicción, entre ellas, la pornografía. Es un periodo extremadamente delicado para su desarrollo, donde carecen de una madurez o capacidad crítica suficiente para distinguir lo pornográfico de una relación sexual real«, explican los profesionales María Contreras, Psicóloga Sexóloga y Alejandro Villena, Psicólogo, y ambos expertos en este tema.
«Una gran dificultad que observamos es entablar este tipo de conversaciones con los más pequeños en las estructuras familiares, ocultándolas, evitándolas o convirtiéndolas en temas tabú, debido al miedo o vergüenza que estas puedan generar. Dificultando el desarrollo de una sexualidad sana e íntegra que permita un conocimiento adecuado sobre el organismo, las emociones, la afectividad o el placer. Es aquí donde la pornografía entra en juego, convirtiéndose en el educador o modelo principal de los jóvenes para las relaciones sexuales y generando diversos problemas», continúa Contreras.
10 consejos para evitar la adicción a la pornografía
Debido a que hoy en día la gran mayoría de los jóvenes tienen un acceso ilimitado a este material online y comienzan cada vez antes, María Contreras, psicóloga y sexóloga, y Alejandro Villena psicólogo, profesionales dedicados a la salud mental, preocupados por el crecimiento de adicción a la pornografía en menores, dan una serie de recomendaciones para los padres ante la necesidad de incluir la educación sexual en el ámbito familiar en edades tempranas.
Estas son las herramientas que pueden facilitar el diálogo con tus hijos cuando se hayan topado con la pornografía:
1. Estate presente y disponible antes de que ocurra, para dar lugar a conversaciones previas de todo tipo en las que ambas partes os sintáis valorados, respetados y escuchados. Deja tus miedos a un lado y estate disponible para escucharle si necesita hablar.
2. Ayúdale a preguntarse qué hay debajo de esos comportamientos, pon el foco en el motivo que le lleva a ella: curiosidad, tensión, ansiedad, aburrimiento, ganas de saber, necesidad de incluirse en el grupo de amigos, enfado… así podréis buscar conjuntamente lo que necesita para satisfacer ese motivo con una conducta sana y que le enriquezca.
3. Transmítele que la meta secundaria será compartir su opinión sobre la pornografía y por qué es un problema, pero siempre se debe anteponer el amor y la comprensión. El objetivo es ayudarle a entender y decidir que ese comportamiento no es sano para él/ella.
4. Intenta no juzgarle, comprender cómo se siente y dar por válidos sus sentimientos. Equivocarse está permitido y mejorar y buscar nuevos modos de hacer también. Procura que no se sienta inferior, sino querido y valorado: «hagas lo que hagas, no te voy a abandonar». No le regañes si se les descubre en algo de este tipo (las broncas en este momento es una de las variables asociada a la adicción al sexo).
5. Dale argumentos positivos para utilizar otros caminos alternativos a la pornografía, tanto para conocer aspectos de la sexualidad (libros sanos, conversaciones contigo o con un experto, etc.) como para regular esas emociones que le facilitan el consumo. Crea un espacio seguro en su hogar, un espacio donde su hijo/a pueda preguntar libremente, con confianza y donde se sienta amado y respetado.
6. Háblale de tu experiencia personal o de ejemplos de otras personas que han pasado por momentos parecidos. Acuérdate de lo que vivías a su edad y desde ahí, ayúdale a encontrar el camino de la salud y el bienestar.
7. Facilítale historias que le hagan pensar. Historias de personas, historias de amor, eso es lo que le importa en el fondo. Permitirle ser humano, cometer errores y ser imperfecto y precisamente por eso, merecedor de su amor y respeto.
8. Muéstrale que lo que te está contando es algo que puede ocurrir. Trata de responder con mesura, sin entrar en pánico con asombro, miedo o asco, sino con alegría por poder compartir eso con él y ayudarle a no caer en las garras del porno.
9. Intenta conectar con las emociones que está mostrando en ese momento: curiosidad, preocupación, desafío, miedo… Pregúntale qué piensa, qué siente y déjale claro que le amáis incondicionalmente.
10. Respóndele siempre. Si no sabes cómo contestar, infórmate o pregunta a alguien que sepa más que tú. Dile que no lo sabes, que lo vas a estudiar y que se lo dirás.
Según Brad Wilcox y Jerrick Robbins, autores de Cómo abrazar a un erizo. 12 claves para conectar de forma positiva con los adolescentes puntualizan varias cuestiones importantes para tener en cuenta.
– Los niños y adolescentes desean tener información sobre la sexualidad y lo que significa hacerse mayor, pero no quieren admitir que no saben tanto como ellos desearían. Hablar de sexo con los hijos puede ser embarazoso, pero es importante.
– Las conversaciones personales favorecen la relación padres/hijos y permiten instruirles de un modo sensible y efectivo. El silencio, la ignorancia, la comunicación abierta a menudo conducen a elecciones erróneas por parte de los adolescentes.
María Contreras. Psicóloga. Sexóloga.
Alejandro Villena. Psicólogo.
Te puede interesar:
– Cómo hablar de educación sexual en casa
– Anna Salvia: «La ley debe asegurar que los menores no tengan acceso al porno»
– ¿Puede el Gobierno evitar que los menores accedan a pornografía?
– Ideas para educar el pudor de los niños
– El peligro de la pornografía: atraídos por un mundo de imágenes en la adolescencia