Los padres son la figura en la que todo hijo se mira desde pequeño. Lo que ellos hagan, será imitado de una forma u otra por parte de los menores. Un ejemplo muy claro lo encontramos en actitudes como por ejemplo el consumo de alcohol, que en muchas ocasiones se transmite como una actividad divertida a los niños aunque no se quiera lanzar un mensaje.
Comidas familiares, una copa al final del día, el alcohol se expone a los niños como un elemento de diversión o evasión de manera inconsciente. Por ello, tal y como propone este estudio publicado en The Lancet la mejor manera de prevenir la ingesta de estas bebidas desde edades tempranas es el ejemplo, realizando un consumo responsable de estas sustancias en todo momento.
Presencia del alcohol en casa
Este estudio comparó varios casos de consumo de alcohol en adolescentes y la imagen que esta bebida tenía en casa. Los datos demostraron que aquellos jóvenes que procedían de casas donde los padres realizaban un consumo moderado y no se excedían frente a sus hijos, tenían menos posibilidades de abusar del mismo a edades tempranas e incluso manifestaban no haberlo probado.
Los investigadores destacaron que los adolescentes de hogares en donde el consumo de alcohol no era moderado, los padres habitualmente cedían ante peticiones de sus hijos que querían probar estas bebidas. De hecho los responsables de esta investigación destaca que el primer contacto de muchos menores con estas sustancias se produce en el seno familiar: cenas familiares, comidas de Navidad o simplemente un almuerzo habitual en donde haya presente una botella de vino.
Los menores sienten curiosidad por esa bebida que toman sus padres y que ellos no pueden, por ello piden probarla y muchos adultos ceden ante esta situación pensando que no pasa nada. Pero el mensaje que se les da a los menores es que no ocurre nada por estas ingestas y que sus mismos progenitores toleran que beban, dando a entender que no hay consecuencias.
Alternativas más sanas
Tal y como indican los autores de este estudio, siempre es mejor realizar una alternativa más sana junto a los hijos que presentarles el consumo de alcohol como algo divertido. Esta es una lista de actividades que se pueden hacer junto a los niños y con la que enseñar valores más sanos:
– Salidas a la naturaleza. Ir a la naturaleza es una idea excelente para promulgar valores. Por un lado los niños aprenderán la importancia de cuidar el medio ambiente y que otras generaciones puedan seguir disfrutando de estos paisajes, por el otro también se fomentará el ejercicio y las bondades del tiempo en familia.
– Día de cine. ¿Alguna película de estreno? Nada mejor que una jornada en el cine para disfrutar del séptimo arte y todo lo que lo rodea, un día redondo que puede aprovecharse para dialogar en familia y de este modo decidir qué se va a ver. Por supuesto, el debate de vuelta a casa sobre lo aprendido con este film no debe faltar.
– Cócteles sin alcohol. No todos los cócteles llevan alcohol y las jornadas en las que toda la familia se reúne los padres pueden apostar por ellos para demostrar que existen bebidas no etílicas que pueden asegurar la diversión igualmente.
– Conciertos y teatros. Del mismo modo que el cine, estas expresiones artísticas pueden ser una gran alternativa al consumo de alcohol. Existen conciertos infantiles y obras para niños, tanto historias originales como adaptaciones de clásicos.
– Scape rooms. Aconsejas en especial para padres de hijos adolescentes, a estas edades que ya cuenten con un mayor desarrollo intelectual se puede invitar a participar junto a los padres en estas salas que proponen un reto que hay que solucionar para encontrar la salida. Una excelente idea para colaborar entre todos en la consecución de este fin.
Damián Montero
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